Esta segunda parte del nuevo Batman NO ES UNA OBRA MAESTRA. Es una buena película que, cinematográficamente, no supera la densidad de la primera hora del 'Batma Begins' o el buen hacer y la profundidad de la segunda parte de Spider-man 2. Supongo que el tiempo la pondrá en su sitio, y se estudiará el impacto sociológico de una buena campaña de marketing viral, mezclada con mucho fan deseoso de hacer historia.

Quiere decir esto que la película sea mala. Pues no. La película es buena, con momentos gloriosos, diálogos estúpidos, interpretaciones mayúsculas como la del joker, demasiado metraje, demasiadas ideas -buenas- en un guión que no puede contener tanto en tan poco tiempo. La misma historia, en una miniserie de la HBO o ShowTime, y entonces sí que flipamos todos. Por desgracia, Nolan peca de soberbia, y se atraganta con un buen material. La supuesta profundidad de temas morales, el bien, el mal, la fina línea entre lo correcto y la barbarie, está en la película. Al igual que esa relación simbiótica entre héroe y villano, según el punto de vista -está claro que el Joker para la mafia es todo un héroe-. Los temas más clásicos de Batman están en la película. Pero todo es demasiado, todo el mundo corre demasiado, se atragantan los diálogos, se atraganta la acción, no hay clímax porque todo es clímax en una espiral que, tristemente, tampoco es ascendente.

De todas formas, es una película que hay que ver y, a nivel palomitero, seguramente sea de las mejores de los últimos años. Pero sin pasarse. EN todo momento, en cada escena, la película está por debajo de lo que sus planteamientos parecen prometer.

A los que dijeron que es mejor que el 'Padrino 2' o 'Heat'... Señores, un poco de seriedad.