Quería ir al cine, y no parecía haber algo que superara lo mediocre. En el caso de esta película, ya había visto la primer entrega y no tenía mucha fe de que esta segunda parte tuviera algo interesante que ofrecer. Elegí este film por descarte, y enorme sorpresa me llevé. Tengo mucho para destacarle.
En primer lugar, que es entretenida de principio a fin. Muy dinámica, con toques sutiles de comedia MUY bien insertados y en los momentos justos, además de un constante dramatismo justificado que consigue conmover -más que nada a los que vimos su predecesora- sin caer en los típicos efectismos hollywoodenses. Los momentos de acción, sublimes también. Las actuaciones están a la altura y la dirección realmente impecable.
No tiene grandes defectos, aunque sí le voy a marcar algunas cosas:
La música me fascinó hasta que apareció la de Lady Gaga; no fue de mi particular agrado y sentí que arruinó un buen momento, pero cuestión de gustos. La relación amorosa me pareció cursi y cliché durante algún fragmento, pero en términos generales se desarrolló bien.
Y por último, si bien estoy MUY agradecido de no haber tenido que soportar propaganda woke, que pareciera ser materia obligatoria en la mayoría de las megaproducciones actuales, sí es cierto que por otro lado -y no me quiero poner moralista- este tipo de películas sirven directa o indirectamente al complejo militar estadounidense que tanto daño hizo y hace (al igual que el de otros países, por supuesto) a través de representaciones falsas o engañosas del mismo. Entiendo que es ficción y punto, pero necesitaba aclararlo porque hay otras películas que en mi opinión lo representan mucho mejor.
En términos generales muy disfrutable. El puntaje ideal sería 7.5, pero redondeo para arriba como reconocimiento al mérito de haber hecho una secuela que no solo respeta profundamente a su predecesora, sino qu incluso la supera en muchos de sus aspectos -para mí en absolutamente todos-. La sala estaba llena de gente con canas, que habrá disfrutado la primera entrega hace más de 30 años, y no es poca cosa verlos romperse las manos aplaudiendo al aparecer los créditos. No era nada fácil honrar al director de la primer película, fallecido de forma muy trágica una década atrás. Muy meritorio.