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España España · Lleida
Voto de Uma:
7
Drama Freddie Clegg, un empleado del Banco de Londres, es un hombre introvertido y triste que se dedica a coleccionar mariposas. Su vida cambia bruscamente cuando le toca la lotería, pues entonces decide secuestrar a Miranda Grey, una joven estudiante de arte por la que se siente atraído desde hace tiempo. Compra una casa en las afueras de Londres y retiene a la chica en el sótano un mes. Durante ese tiempo afloran en los dos personajes ... [+]
6 de septiembre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película, como la novela, plantea una batalla psicológica que consigue exponerse con mucha claridad, pese a las dificultades que entraña tal cosa en el cine, más cuando se omite el uso de voces en off (solo las hay en momentos muy puntuales), y se carece de personajes secundarios (o subtramas) que operen como interlocutores de los personajes principales. Para conseguir que esa batalla funcione, con las dificultades mencionadas que supone pulir la historia a la mínima expresión - solo dos personajes, solo un espacio - es imprescindible un diseño de personajes notable, y unas interpretaciones muy buenas.

El juego psicológico tiene varios ejes muy bien planteados y todos ellos interesantes por las expectativas que generan, que hacen de "El coleccionista" una película hipnótica:
- es importante el elemento romántico, por absurdo que pueda parecer desde un punto de vista racional, aparece y apela a una esperanza naif que siempre habita en el interior del espectador. Y es interesante con qué frecuencia deriva en un elemento erótico (amor/deseo), y de allí a una idea de violencia implícita, concatenándose periódicamente esa sucesión de emociones;
- es muy interesante (y atípico) el elemento cultural, que hace que la película gane enteros, más allá de una mera anécdota: me refiero a la batalla que enfrenta a los personajes al interpretar el arte, al analizar una novela, al hablar de sus amigos y sus entornos sociales, que pone tan a la vista las diferencias entre ambos, los complejos y las patologías, sin dejar a nadie indemne, pues subyace también una exposición crítica clara del rechazo social que generan los que son distintos, como el mismo protagonista de "El Guardián en el centeno", y la hipocresía imperante en la sociedad, donde lo extraño, por deformado que esté (un cuadro de Picasso) es admirado cuando toma forma de arte, y en cambio es objeto de burla cuando se trata del vecino o el compañero de trabajo;
- es igualmente interesante esa referencia al deseo de poseer lo que es bello, el concepto mismo de coleccionista, (que en este caso anticipa una carrera criminal dilatada). Y dentro de esto - que en el protagonista toma una forma patológica - la idea permite generar una cierta empatía con el muchacho (un tanto angustiosa) porque en todos existe ese deseo secreto de poseer lo que se desea. Hay fases de la película en las que el espectador está casi del lado del secuestrador, lo que permite al director incluso crear una notable escena de tensión y suspense ante la posibilidad de que el criminal sea descubierto;
- esta última idea, tiene un complemento igual de eficaz, que en contraste con el anterior amplifica ambos, generando casi un conflicto interno en el espectador, abrumado por la angustia: una intensa empatía con el miedo de la muchacha secuestrada, con su angustia, con su trayectoria de esperanzas y desesperanzas que inevitablemente se solapa con las esperanzas amorosas/eróticas del muchacho;
- y como última idea remarcable está la de supervivencia, quizás el tema menos observado por los críticos y los usuarios de esta web: la supervivencia conduce a una degradación moral necesaria, y en este sentido es excepcional la escena de seducción donde la presa (quien a lo largo de la película va aprendiendo como comportarse para estar a salvo) está dispuesta a cualquier cosa, o casi, para sobrevivir. Es su capacidad de supervivencia, de degradación moral, lo que va a determinar su destino, y así ocurre efectivamente en la película. Se plantea el concepto esencial de supervivencia, el precio que hay que pagar inevitablemente, los límites de cada individuo.

Esos ejes, o temas, o ideas, se suceden, se alternan, entran y salen de escena, potenciándose unos u otros en un equilibrio muy bien medido y muy eficaz que supone un permanente reto psicológico para los personajes y para el espectador, absorbiéndole sin remedio.

Vi esta película de adolescente y me perturbó considerablemente. La he vuelto a ver ahora, y sigue igualmente eficaz, si bien echo en falta un mayor desarrollo de los ejes mencionados, pues todo se me hace demasiado escueto. No lo digo como algo negativo en términos cinematográficos, no pierde ninguna eficacia la película por ello, la síntesis es una virtud en el cine. Lo digo porque con tales personajes, con tales ideas sobre la mesa, con tales elementos en el tablero de juego, creo que hubiera sido un inmenso placer como espectador asistir y gozar un rato más de esos juegos psicológicos, de esas conversaciones de recorrido paralelo y angustioso, de esos desajustes emocionales que nos llevan de la culpa a la esperanza al deseo o al miedo, en un juego de supervivencia, y observar como se manejan los personajes en cada asalto y el impacto que tiene en ellos. Yo quería más. La peli se me hizo corta.
Uma
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