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8
7,6
127.470
Thriller. Intriga
En el verano de 1954, los agentes judiciales Teddy Daniels (DiCaprio) y Chuck Aule (Ruffalo) son destinados a una remota isla del puerto de Boston para investigar la desaparición de una peligrosa asesina (Mortimer) que estaba recluida en el hospital psiquiátrico Ashecliffe, un centro penitenciario para criminales perturbados dirigido por el siniestro doctor John Cawley (Kingsley). Pronto descubrirán que el centro guarda muchos secretos ... [+]
6 de abril de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los grandes directores, cuando se alargan en el tiempo, cuando siguen haciendo películas década tras década, superando o adaptándose a las modas, necesitan reinventarse para que no se les lleve el viento. Se puede ser un genio, pero incluso un genio pertenece a su tiempo, y no se le puede exigir mucho más. Scorsese hizo Taxi Driver. Solo por eso, entra en el olimpo de los directores. Pero es que luego se ha reinventado una y otra vez, se sacó de la manga una de las direcciones más precisas y preciosas de los noventa, la de La edad de la Inocencia, y se sacó de la manga la actualización del cine de gangsters, con obras maestras como Uno de los nuestros o Casino, que no tenían precedentes en cuanto al estilo; por arte de magia, se inventó un subgenero. Pero, ¿durante cuánto tiempo puede un autor estar en la cresta de la ola? El mismísimo Hitchcock en sus últimas películas (en Marnie, por ejemplo), tuvo que cambiar cosas antes de estrenar, pues en los pre-estrenos, algunas secuencias despertaban risas. Había hecho cine desde los años 30, y ahora, aquello que tan bien dominaba, ya no funcionaba. La mirada del espectador era otra.
Cada vez que Scorsese hace una película, probablemente se encuentre sometido a esa presión. Tiene que innovar, hacer algo único. Y en mi opinión, esa tensión le ha estrangulado durante los últimos tiempos.
Con Shutter Island, Scorsese tiene entre manos un proyecto sin ambiciones, una historia entre el trhiller psicológico y el terror. Es material para hacer una película menor. Puede que eso le quite presión. Puede que se lo haya tomado como un divertimento, que se haya librado de buena parte de esa presión. Sea como sea, el resultado es una dirección brillante. Scorsese, libre de manos, convierte una anecdota en una clase maestra de cine.
La tensión se masca desde el primer instante, cuando un viejo barco emerge de la niebla. Y ya nunca decae. La interpretación de Di Caprio (a quien yo hubiera echado al retrete después de Titánic por lo cual ahora pido perdón), siempre nervioso, es fundamental. También es mérito de Scorsese, quien siempre ha sido un gran director de actores. Los diálogos, el ritmo, aquello que la cámara (o sea Scorsese) escoge para que veamos, y aquello que no. La textura de la imagen, la lluvia, el sonido, el modo en que estan filmadas las conversaciones, las composiciones de cada escenario, el tratamiento del color, especialmente impactante en secuencias como aquella que ocurre junto a un lago... Todo ello son herramientas de un cineasta, todas están pensadas, están escogidas, están utilizadas con el objetivo de provocar alguna cosa, y lo consigue. Hay secuencias desconcertantes, las hay desgarradoras, las hay inquietantes. El despliege de sabiduría cinematográfica que hay detrás de Shutter Island resulta emocionante.
(Sigo sin desvelar)
Cada vez que Scorsese hace una película, probablemente se encuentre sometido a esa presión. Tiene que innovar, hacer algo único. Y en mi opinión, esa tensión le ha estrangulado durante los últimos tiempos.
Con Shutter Island, Scorsese tiene entre manos un proyecto sin ambiciones, una historia entre el trhiller psicológico y el terror. Es material para hacer una película menor. Puede que eso le quite presión. Puede que se lo haya tomado como un divertimento, que se haya librado de buena parte de esa presión. Sea como sea, el resultado es una dirección brillante. Scorsese, libre de manos, convierte una anecdota en una clase maestra de cine.
La tensión se masca desde el primer instante, cuando un viejo barco emerge de la niebla. Y ya nunca decae. La interpretación de Di Caprio (a quien yo hubiera echado al retrete después de Titánic por lo cual ahora pido perdón), siempre nervioso, es fundamental. También es mérito de Scorsese, quien siempre ha sido un gran director de actores. Los diálogos, el ritmo, aquello que la cámara (o sea Scorsese) escoge para que veamos, y aquello que no. La textura de la imagen, la lluvia, el sonido, el modo en que estan filmadas las conversaciones, las composiciones de cada escenario, el tratamiento del color, especialmente impactante en secuencias como aquella que ocurre junto a un lago... Todo ello son herramientas de un cineasta, todas están pensadas, están escogidas, están utilizadas con el objetivo de provocar alguna cosa, y lo consigue. Hay secuencias desconcertantes, las hay desgarradoras, las hay inquietantes. El despliege de sabiduría cinematográfica que hay detrás de Shutter Island resulta emocionante.
(Sigo sin desvelar)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por supuesto, la película funciona como un reloj. No hay nada que se escape a la voluntad del director. Scorsese ha hecho aquí la película que ha querido. Entretenimiento, tensión, ritmo, etc. Nunca decae, no decepciona, incluso lo previsible de sus giros de guión, entran con tal naturalidad, con un acompañamiento tan adecuado, con tan precisa ejecución, que encajan sin problema.
No se puede decir que estemos ante una gran película por una razón, porqué no trata temas trascentendales, no tiene otra vocación que la de provocar una experiencia intensa en el espectador. Esa es la única razón. Por lo demás, estamos posiblemente frente a la película mejor dirigida de lo que llevamos de año. Scorsese sigue en forma. Qué no se coma la olla, qué haga lo que sabe hacer, que lo hace como nadie. Aun le quedan décadas por delante.
No se puede decir que estemos ante una gran película por una razón, porqué no trata temas trascentendales, no tiene otra vocación que la de provocar una experiencia intensa en el espectador. Esa es la única razón. Por lo demás, estamos posiblemente frente a la película mejor dirigida de lo que llevamos de año. Scorsese sigue en forma. Qué no se coma la olla, qué haga lo que sabe hacer, que lo hace como nadie. Aun le quedan décadas por delante.