Cuando parecía imposible interpretar un peor papel que en ''Scott Pilgrim contra el mundo'', Michael Cera lo vuelve a conseguir. Lo cierto, si les soy sincero, es que este tio es un especialista.

Porque si bien en la anteriormente citada cinta el papel suyo ya era inexpresivo y nauseabundo como pocas veces en la historia del cine se había visto (ni siquiera cualquier papel realizado por Jesus Bonilla supera en truculencia la actuación de Michael Cera), en esta ocasión nos llega multiplicado por dos. ¿Saben por qué? Lo escribiré en mayúsculas: JONAH HILL (o Jonah Cera desde hace mes y medio, cuando optó por el apellido de su marido, según me han dicho mis fuentes).

El papel caracterizado por Jonah Hill es aún mas odioso que el realizado por el señor Cera. Interpreta al más cargante, infame, deleznable y tedioso gordo que jamás se vió en el cine. Dan ganas de mandarle a Arizona de una patada en su enorme culo.

Entonces, ¿Cómo logra un aprobado esta película teniendo en contra tan poderosos argumentos? Sí amigos, seguro que muchos habeis acertado, sois muy listos la mayoría, cabrones. La respuesta es McLOVIN!

Si amigos, McLovin es un puto descubrimiento. Me he descojonado con este tio más que cuando pincho las ruedas del coche a mi vecino por cuarta vez en un mes. El citado McLovin, junto con los dos polis malos, son lo mejor de la película y sus escasos en mi opinión, minutos de metraje en dicho film, salvan de la quema a una película, que de haber optado en vez de Michael Cera y Jonah Hill, por Robert de Niro y McCauley Culkin, optaría a mejor película de la decada por descontado.


¡Hasta la vista amiguetes!