Buenos días amables lectores. Lo de amables lo digo para empezar con buen pie ya que soy un hombre piadoso y quiero que me validen esta crítica que voy a perpetrar.

En fin, dejemonos de pedrosanchezadas y empecemos la crítica, que es por lo que ustedes pierden el tiempo aquí en vez de aprender conceptos nuevos.

La película es entretenidilla y poco más, como el tercer polvo que echas el día después de una orgía de contundentes cantidades de todo tipo de estupefacientes. Estás con una resaca más jodida que tomar un te con Cristóbal Montoro en la Plaza Mayor un día de julio de 40 grados a la sombra y con un camarero con aliento a bisonte putrefacto cobrándote 85 euros por un bocadillo de calamares revenido.

Así es la vida, así es Madrid,

Digamos que la película es un poco absurdo. Un idiota conoce a una zorrilla australiana en una isla que no conoce nadie y tras 10 días de absoluto folleteo indisciplinado y soez, se deciden casar.

En la boda van los absurdos amigos del idiota y ocurren todo tipo de situaciones truculantes y abochornantes para el espectador escrupuloso. Como yo no tengo escrúpulos, pues me parecieron situaciones del día a día. (¿Quien coño no ha invitado a farlopa a la suegra el día de su boda? Apuesto a que lo hizo hasta Elchicodenaranja cuando se casó con esa paquidermista eslovena en 1982 mientras veía como Gentile sodomizaba a Maradona).


En fin, nuevamente les encomiendo a ver esta basura. Seguro que es mejor que escuchar a la plomiza de su mujer mientras le detalla con cruel y aborrecible extensión los tipos de lejía que existen. Divorciesé y vaya usted y tirarse escorts universitarias con el dinero que se ahorrará de llevar a su exmujer a infumables musicales de mierda.


Un saludo