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Voto de Miguel Moreno:
6
Drama. Comedia Walter Black (Mel Gibson) es un hombre que padece una profunda depresión. Su única vía de escape, su único consuelo, es una marioneta que representa a un castor, al que trata como si fuera una persona. Perseguido por sus propios demonios, Walter, que fue en otro tiempo un exitoso ejecutivo de una empresa de juguetes, emprenderá con su marioneta un viaje de autodescubrimiento... (FILMAFFINITY)
20 de agosto de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama familiar dirigido por la buena amiga de su protagonista, Jodie Foster, El Castor, sin saltarse las premisas y convencionalismos del género, sí resulta un fidedigno retrato de la depresión en gran parte debido a la interpretación de Gibsonl. Y es que es lo más destacable de la cinta, en la que en la otra punta de su extensión flojea su borroso mensaje, su poca claridad y su tambaleante dirección. Jodie Foster es una gran intérprete, eso es indudable, pero le faltan tablas tras las cámaras, aunque eso aquí no refleje un problema.

Y es que a pesar de no conocer los motivos reales que arrastran a la honda depresión que sufre el personaje de Mel, y caminando en la delgada cuerda de trapecista que le separa de lo estrambótico y ridículo, se consigue un trabajo interpretativo bastante sólido, que además es lo mejor de la historia. La relación entre Anton Yelchin y la atractiva Jennifer Lawrence es la segunda arteria narrativa dentro de la película y los problemas que sufren sus integrantes.

Y aunque no se puede decir que Jodie Foster en la dirección haya apostado todo al rojo, y entrando en la descripción de drama familiar (convencional, todo hay que decirlo) pasamos un buen rato con ella. Quizá por sus buenas intenciones, quizá por su happy end, aunque no nos termine de remover por dentro a algunos, El Castor esconde un mensaje sobre la vida y el amor que a pesar de ser algo enrevesado, no carece de méritos en una lección de cómo superar los obstáculos que se nos presentan en la vida.

Con todo, y con un inesperado momento cerca del final, la cinta recorre un camino trazado en no pocas ocasiones y llega a buen puerto, aunque no a brillar, gracias a la simbiosis entre Gibson y un castor que hace de psicólogo. O era al revés? el mejor ejemplo del autopsicoanálisis y autocuración está aquí de la mano de su personaje, que se lleva gran parte del mérito.
La vida tiene sus problemas, sus complicaciones. Puede que incluso llegue un momento que no queramos seguir adelante, como es el caso. En esos momentos puede que un Castor venga a sacarte del pozo. Eso sí, tendrás que ser tú quien le tienda la mano primero.
Miguel Moreno
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