El argentino Gastón Duprat dirige en solitario, en esta ocasión sin la colaboración de Mariano Cohn que es productor pero no director, una comedia asequible para el gran público y espectadores medios ya que tira de los tópicos que funcionan bastante bien en los aficionados al género, y que disfrutan con las comedias españolas, francesas o norteamericanas con argumento sencillo y con situaciones cómicas similares a las que vemos en las sitcoms. Al igual que "El ciudadano ilustre ( 2016 )", su anterior película, que tenía un target de espectadores similares, la propuesta se presentó en el festival de cine de Venecia, aunque en esta ocasión fuera de concurso, y en España de nuevo ha sido seleccionada por la Seminci para formar parte de la sección oficial de la 63ª edición de la Semana de cine de Valladolid. En la ciudad castellano leonesa fue premiada de manera previsible con el premio del público, ya que tuvo una gran acogida por parte de los espectadores que asistieron a los pases en el Teatro Calderón.

La película tiene una primera mitad bastante divertida con un guion bastante interesante, tanto en la presentación de los dos personajes protagonistas y de los secundarios, hasta que se produce el primero de los giros que hace que en la siguiente media hora la propuesta sufra alejándose de su ingenio inicial. En la media hora final se vuelve a recuperar después de otro giro, que sí me parece acertado aunque es previsible, y se recupera ese humor tan asequible de la parte inicial. Uno de las razones por los que la película funciona tan bien es por el talento interpretativo, sobre todo en el género, de los dos actores protagonistas. Luis Brandoni es Renzo, un artista peculiar que tuvo su época exitosa y que en la actualidad está en horas bajas, sobre todo porque antepone sus ideales políticos y sociales de izquierda, y no está dispuesto a soportar a los grandes magnates de obras de arte. Guillermo Francella interpreta a Arturo, su amigo desde la juventud y su galerista, que intentar ayudar a su amigo, pese a que parece inexplicable a novel profesional que pueda seguir con ese artista en decadencia, y que ignora las recomendaciones de los profesionales del sector, ya que sigue manteniendo la confianza en Renzo, sobre todo por su amistad teniendo en cuenta que no para de recibir noticias negativas del artista. Ambos estás muy bien y en esa primera mitad no regalan unas cuantas situaciones divertidas.

Entre los secundarios destacan el actor español Raúl Arévalo en el papel de Alex, un perroflauta español que se presenta en la casa del artista, del que quiere recibir clases. La primera escena con el joven en casa del artista teniendo que sacra las cosas de la habitación para luego colocarlas en su sitio es bastante ingeniosa, al igual que la última aparición de este personaje que cuenta con una correcta interpretación de Arévalo. María Soldi es Laura, la actual pareja del artista y Andrea Frigerio como Dudu son los otros personajes de esta película que tiene un buen inicio y desenlace, y que funciona bien como comedia con un guion bastante correcto y que es bastante convencional a nivel técnico y artístico, teniendo en cuenta que el proyecto tampoco busca destacar en estos apartados. Muy recomendable a casi todo tipo de espectadores, tanto a los más jóvenes como al público de mediana edad y a los más mayores, exceptuando al público más exigente que se aburre con este tipo de comedias que abusan de los tópicos del género y que triunfan en los cines de todo el mundo.

LO MEJOR: Las interpretaciones de Francella y Brandoni.
LO PEOR: La parte central tiene un bajón en el ritmo.

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