En la ópera prima de Alberto Aranda se encuentran muchas de las situaciones que ocurren en el día a día, los problemas familiares, la inmigración, la búsqueda de mejorar en la vida y la dificultad de compaginar el trabajo con la vida en pareja. Al comienzo de la película parece que todo el mundo está contento, viven en un pequeño piso de un barrio obrero, tienen unos trabajos sin mucha responsabilidad y sus relaciones funcionan bien. En cuanto se produce una modificación en esas escalas y una de las dos personas de la relación tiene un status social mejor, es cuando se desencadenan los problemas. Por otro lado nos encontramos con otra pareja con otros problemas totalmente diferentes, pero por mucho que su situación sea complicada el amor que sientes por la otra persona te ciega y no te deja ver los problemas que te está causando, siempre pensando en lo difícill que es la vida sin estar al lado de esa persona.
En ese mundo tan real, en una pequeña localidad catalana, las cosas funcionan de forma diferente al de otras zonas donde a pesar de vivir con mayor comodidad, fuera del hogar es más difícil relacionarse con la gente sobre todo cuando no tienes a tus amistades alrededor.
Para acercarnos a la realidad la película cuenta con un gran reparto, donde sobresale Ingrid Rubio, en una actuación donde nos muestra esperanza, tristeza y alegría, siempre cambiando su registro interpretativo. También es una gran sorpresa Carmen Machi, en un papel totalmente diferente al que nos tiene acostumbrado. Pienso que es seria candidata al Goya a mejor actriz revelación, aunque creo que su actuación no es suficientemente buena en relación con el personaje tan bueno que tenía. Marc Clotet y Fele Martínez están correctos, en unos personajes cuya importancia va decreciendo a medida que aumenta la de la joven actriz catalana.
Gran comienzo de la película con esos bailes flamencos, mientras suena la canción que da título a la película, siendo la propuesta un soplo de aire fresco que nos plantea la realidad social tal como es.