No tengo la más mínima duda de que Tarantino es un genio...un genio del mal, claro. Como el Joker o el Dr Octopus...(ya le gustaría ser Batman o Spiderman).

Tarantino sabe que no está a la altura de los Leones, ni siquiera de los Eastwoods...y soñaría con ser Peckinpah. Por tanto hace lo que se le da bien, el ridículo. Hilvanar una buena historia, con buenos personajes (y mejores actores), con una buena presentación (lacito rojo inclusive) y luego se caga dentro de la caja del regalo.

Ya que no tiene una manera profunda e interesante, pues te pone música de raperos.

Cuando le parece que la historia puede (¡Dios no lo quiera!) vulgarizarse, asemejarse lo más mínimo a algo que alguien haya podido imaginarse en algún momento...¡placa! unos borbotones de sangre y unos tiroteos ridículos. ¿Qué genio, no?

Pero no nos equivoquemos, Tarantino es un acomplejado. Un histriónico chistoso del que se reían en el cole. No sabe desarrollar una historia solvente hasta el final...eso ya lo hizo al principio de su carrera y le da miedo repetirse...no puede perder el favor del público y la crítica. Requiem por una idea.

No obstante, él sueña con llevar una historia al clímax de "El bueno, el feo y el malo"...o de "Sin perdón", pero no encuentra nada de eso en su interior...y sufre. Su sufrimiento es palpable. Y quiere que los demás suframos con él.

Pd: Quentin es aquel tipo que salía en "Desperado" contando un chiste. Ese fue el cénit de su carrera..que es su vida.