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España España · Galicia
Voto de Sandris:
9
Bélico Año 1942, en plena Segunda Guerra Mundial en la Isla de Guadalcanal, en el Pacífico. Un grupo de hombres de la compañía de fusileros del ejército americano "C de Charlie" combate contra el ejército japonés por la conquista de una estratégica colina. Este grupo forma parte de las tropas enviadas para relevar a las unidades de infantería de la Marina, agotadas por el combate. (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2020
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo digo siempre que veo una película de Terrence Malick: ver sus obras es lo más parecido que existe a leer poesía en cine. Incluso en medio de una guerra puede haber poesía. 'La delgada línea roja' es un claro ejemplo de esto. 1942, Segunda Guerra Mundial. La compañía americana C de Charlie debe adentrarse en una isla de ocupación japonesa para lograr terminar con su dominio y ganar una posición estratégica en la batalla. Este grupo, con Sean Penn y James Caviezel a la cabeza, se enfrenta a la muerte cara a cara. La desolación, la melancolía por la felicidad arrebatada, la soledad, el dolor, la muerte, la sangre, las bombas y los disparos forman parte de su día a día. Asistimos impertérritos a un desfile de sufrimiento humano de primera categoría, tanto de americanos como de japoneses. Al final todos son hombres obligados por las circunstancias y sus superiores a aniquilarse unos a otros. Durante este periplo colina arriba, los soldados descubrirán cosas de sí mismos que ni siquiera conocían, comprenderán hasta donde pueden llegar las personas y serán conscientes de su propia resiliencia ("¿Quién decide quien va a vivir?, ¿quién decide quien va a morir?"). No se trata de una película de buenos y malos, todos matan, todos mueren, todos viven. Una profunda reflexión sobre los límites humanos y sobre lo que nos identifica como personas y no como animales deshumanizados por los horrores de la guerra. Como es habitual en el cine de Malick, todo adquiere un tremendo tono filosófico y existencialista que exalta la belleza y trascendencia de la naturaleza al mismo tiempo que retrata la muerte más cruda.
Un reparto de lujo para una obra bélica diferente y tremendamente emotiva. Encima pone la música Hans Zimmer, yo no sé qué más se puede pedir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandris
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