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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
8
Drama. Comedia Johnny Marco (Stephen Dorff) es un actor de gran éxito cuya vida de excesos y lujo cambia por completo cuando, sin previo aviso, se presenta su hija de once años (Elle Fanning), fruto de un matrimonio fracasado. Johnny es una estrella de cine que vive en un lujoso hotel de Hollywood, conduce un ferrari y sale con bellas mujeres sin comprometerse con ninguna. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Coppola fue y sigue siendo la niña de papá, la joven tímida y retraida que nació en una cuna hecha de celuloide espiando los rodajes de su padre. Ahora, como directora, parece interesarse por la soledad del espectador y toda su filmografía se inserta en una especie de continua autoreferencia, reflexión personal, escenarios conocidos. En el cine de Coppola los personajes sufren y el protagonista es un espectador, como nosotros, de su particular descenso a los infiernos. El viaje hacia el tedio, la rutina en esa pecera de oro que en su día fue Versalles y que ahora es la ciudad icónica de Los Ángeles. Prueba definitiva de que en el cine de Coppola hay algo de infantil e inocente, pero también de fatídico e irrespirable.

Coppola por primera vez se despoja de cualquier adorno y desnuda sus intereses en dos planos, uno inicial y otro final, que son la esencia de la película, y que además suponen la clara metáfora de todo su cine. En uno, Johnny Marco, un actor de Hollywood, corre con su Ferrari de lujo en lo que parece un circuito cerrado. Un bucle, como su vida. La carretera final se pierde en el horizonte, no sabemos dónde empieza y dónde acaba. Lo que realmente importa en el cine de Coppola no es el destino de esa autovía, sino el propio recorrido: sus personajes, conscientes de la vacía opulencia que los rodea, deciden actuar, abriéndose a un futuro incierto, pero diferente, seguramente más emocionante. Mientras la mayoría de directores filman ese capítulo anterior o posterior (la caída o resurrección del héroe), a Coppola le interesan los procesos internos, las escenas de aparente no actividad, la toma de conciencia que sufren sus criaturas en unas películas llenas de momentos aparentemente muertos que, al final, aportan la auténtica belleza de sus ficciones.

Somewhere es una crítica sutil al aparatoso aparato del cine: de entrevistas a entregas de premios, de promociones a excentricidades varias, la mayoría en un contexto de derroche, que protagoniza la persona que esconde el actor, el actor que esconde la persona. Pero Johnny es mejor persona cuando está con Chloe, su hija. Y ello sirve para que Coppola explique una de las relaciones paternofiliales más tiernas jamás filmadas. Coppola ha preferido caminar sobre seguro y filmar su película más pequeña. Sin la complejidad técnica de su huida a la corte francesa. Somewhere es su particular declaración de intenciones. Elle Fanning, sin despreciar a un Dorff en su mejor trabajo, es la magia de la película. Coppola parece enamorarse de la joven y quizás por eso Somewhere sólo funciona a pleno rendimiento, con su carga soñolienta y onírica, su cara más fresca y divertida, cuando la pequeña gran actriz aparece en pantalla para complementar la expresión magullada de Dorff. El resto de película, sin llegar a ser lo mejor que ha rodado su directora, es una potente estampa de silencios y gritos que no se oyen. Interesante.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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