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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
10
Drama. Ciencia ficción Justine (Kirsten Dunst) y su prometido Michael (Alexander Skarsgård) celebran su boda con una suntuosa fiesta en casa de su hermana (Charlotte Gainsbourg) y su cuñado (Kiefer Sutherland). Mientras tanto, el planeta Melancolía se dirige hacia la Tierra... (FILMAFFINITY)
8 de noviembre de 2011
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras ver Melancolía pasarán por los mismos estados anímicos de Justine, la protagonista. El plano final es de una belleza tan elegíaca, de una potencia visual y sensorial tan enorme que al empezar los títulos de crédito tendrán un subidón indescriptible. La emoción dará paso a la risa nerviosa. Al salir de la sala serán conscientes de haber visto el drama más duro en años. Y al mirar el cielo y comprobar que sólo se observa la luna, pensarán que Melancolía no es un drama sino una tragedia, y necesitarán rehabilitación.

La limusina nupcial no puede transitar por la estrecha senda que separa el 'mundo' de la casa de Claire y John. Un nuevo planeta atraviesa sin problema la atmósfera de la Tierra hasta estallar con la corteza terrestre y acabar con el 'mundo'. Von Trier filosofa, mira al cielo y se queda perplejo ante tal espectáculo: la incertidumbre de la trayectoria de los cuerpos celestes, las preguntas que despierta una inmensidad negra ante la pequeñez del individuo. Pero su telescopio es diferente. La graduación de sus lentes da imágenes distorsionadas. Melancholia recurre a la ciencia para ahondar en lo humano, y su escenario es el de las emociones. Duele, pero tiene que doler: a veces las mejores películas invitan al suicidio.

En Melancolía nos encontramos a un Von Trier más maduro. El pesimismo no es nada nuevo porque lleva siendo marca de la casa desde El elemento del crimen, su primer largometraje. Ahora se suma el sosiego de la edad y las tablas de un director que domina el oficio. La segunda parte de Melancolía es lo más silencioso, doloroso y desolador que ha rodado el danés en toda su carrera. Parece difícil de creer, pero es así. La angustia de Claire viendo cómo el planeta Melancholia se acerca y el pasotismo de la deprimida Justine está llena de momentos muertos que son la estampa de la muerte en vida a la espera del choque definitivo. Nunca antes Von Trier había captado con tanta eficacia una naturaleza tan abominable y destructora. Consigue captar la nada a partir de la mínima expresión, tanto de diálogos como de movimientos de cámara. Realmente sentimos el aliento del diablo, vemos el túnel negro que transitan los que pronto van a perecer. Señores: esto es cine.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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