La he vuelto a ver cuatro años después de la primera vez y por alguna extraña razón me ha gustado más que entonces. Mientras que aquella primera vez no me había terminado de convencer, ésta segunda me ha divertido más.
La película no es más que un rendido homenaje al cine con el que Tarantino creció. Ya desde los créditos iniciales son un guiño al cine denominado "sexplotation" allá por finales de los 60 y en los 70, en donde se empezaban a atrever con escenas de desnudos y de sexo normalmente con tías pechugonas mezclado con acción, terror o comedia, según el caso, todo ello con limitados presupuestos y con repartos que nadie conocía y que salvo alguna honrosa excepción nadie conocería a posteriori. Por supuesto también al cine de acción de serie Z de los 70 como queda de sobra plasmado con las multiples menciones a películas como "Punto límite: cero".
Todo con el sello particular naturalmente del propio Tarantino. Por ejemplo esas escenas de largos diálogos en torno a una mesa en un local público que sólo alguien como él saben (y se atreven) a rodar. O como no la selección musical o mismamente ese tono medio desenfadado medio cómico para mostrarnos las escenas más truculentas.
Para el recuerdo el baile de la Ferlito, los diálogos, las persecuciones en coche, los coches mismos, la hija de Sidney Poitier, Rosario Dawson, Kurt Rusell..., muchas cosas. Merece la pena.

Sólo las enrevesadas mentes de Tarantino y Rodríguez pueden hacer este tipo de cosas hoy día. Y saben hacerlas no hay duda. Pero si fueran dos desconocidos llamando a la puerta del productor de turno y le presentaran guiones de este tipo -ya que son suyos también- lo más probable es que se encontraran con un desalentador "ya le llamaremos" y se quedarían en el fondo de un cajón. En estos casos me alegro de que no haya sido así.