AVISO SPOILER: Esta peli Marvel posee todos los tópicos y los manierismos por los que se han caracterizado las últimas pelis de la interminable saga. Lo que bien podría suponer un aviso para navegantes para aquellos que amen el trato serio que (en escasas ocasiones) se le ha concedido al género de superhéroes, para Marvel supone la enésima explotación de una fórmula, que desde la genial 'Guardianes de la galaxia' (por impredecible y por muchas otras cosas) desde 2014 lleva repitiendo en casi todos sus films. Un buen chiste puede hacer reír una, dos e incluso tres veces, pero cuando las 3 pelis que estrenas en 2017 se encuentran caracterizadas por el uso reiterativo del gag constante, la fórmula no solo se desgasta, sino que empieza a cansar, a oler mal.

En 'Thor Ragnarok' Marvel alcanza el cénit absoluto de su fórmula mágica, con una trama bastante potente (la destrucción de Asgard por la Diosa de la Muerte es un topic cuanto menos a tener en cuenta, sobre todo para ser el cierre de una trilogía) pero que parece avanzar únicamente con el firme interés de crear situaciones jocosas una tras otra. En el film ocurre un sinfín de situaciones dramáticas (en los primeros minutos asistimos a como se ventilan de golpe y porrazo a algunos personajes que en las otras pelis habían gozado de cierta importancia aunque escaso desarrollo) y no nos importa en absoluto, porque no hay ni un solo segundo de respiro entre muerte y siguiente gag. En Asgard están continuamente ocurriendo cosas muy dramáticas, pero ninguna parece importarnos. Todo, absolutamente todo, incluso el inserto de la trama Planet Hulk (que da un poco la sensación de estar construida para arañar minutos a tutiplén, aunque es increíblemente llevadera) están construidos para servir a la comedia sin descanso que propone Marvel en el cierre de la trilogía del dios nórdico. La propia elección de un director de comedias absurdas como Waititi es toda una declaración de intenciones: una invitación para asistir a un carnaval del descaro que incluye drag-queens, tipos fornidos y chicas guapas, fuegos artificiales y que tiene a Thor como maestro de ceremonias y principal chiste de la peli, a lo que colabora fervientemente un Hulk despojado de todo carácter trágico de antaño y que aquí queda reducido a ser el compañero patoso de nuestro protagonista, que ya de por sí mismo ha pasado de tener el código ético de un caballero con ecos shakesperianos (o al menos es lo que intentaba conseguir el Thor de 2011) a ser la copia mitológica (en el mayor de todos los sentidos) de Star-Lord.

Sería muy fácil mutilar con todas mis fuerzas una de las propuestas más desvergonzadas de Marvel, sobre todo por el despojo psicológico que hace de personajes como Thor o Hulk, o por el hecho de conceder más minutos que ninguna otra de las pelis predecesoras a Loki y no darle ni un solo momento memorable (es otro gag constante, ni evolución del personaje ni nada, es otro artificio puesto al servicio del humor y del cachondeo global que aquí impera), dejando una dolorosa pregunta tras su visionado: ¿Loki salía en algún momento de 'Ragnarok'? Y sin embargo, lo que más me duele reconocer es que a Marvel, la jugada le ha vuelto a salir (casi) por todo lo alto. Y es que, además de ser la mejor de su trilogía (un listón no muy complicado de superar según muchos, aunque 'El mundo oscuro' me parece una de las entregas más infravaloradas y maltratadas de Marvel) supone la demostración de que se puede cambiar por completo el estilo y el tono entre diferentes entregas de una saga y seguir consiguiendo un resultado plenamente satisfactorio, ya que entre el Thor de Branagh y el Ragnarok de Waititi simplemente media un abismo, pasando del tono grave shakesperiano que no funcionó del todo como debería a la comedia ligera repleta de chistes absurdos que propone Waititi, que aunque duela reconocerlo por su falta de fidelidad a la fuente original, funciona muchísimo mejor.

Waititi crea un film dotado de un ritmo endiablado, en donde pasamos de una situación a otra sin descanso, con unos personajes a los que a estas alturas es inevitable haberles cogido cariño: el rudo y todopoderoso Thor convertido en el alma del conjunto con un guion que al fin consigue sacar destellos de emoción de su personaje, y un Loki más protagonista que nunca y a la vez menos relevante, pero que sigue teniendo una alta cuota de grandes momentos, un Hulk que aunque solo ofrezca dos momentos de cierta relevancia supone el complemento ideal para que la fiesta nunca decaiga, y la estupenda contribución de una Tessa Thompson esa dura y deslenguada heroína con aires feministas que representa toda una sorpresa, o la falta de complejos de Jeff Goldblum para dar vida al anfitrión perfecto de esta comedia sin medida alguna. Mención aparte para una Cate Blanchett magnífica como Hela, bellísima y aterradora al mismo tiempo, cuyo único pero es que debido al tono de comedia de la peli su personaje acaba quedando algo deslavazado en el conjunto.

Una película inteligente que no deja de reírse de sí misma, capaz de cerrar con suma brillantez el cliffhanger abierto por la anterior (que parecía una invitación a que esta tercera entrega continuaría por esa senda, y que de no haber sido cerrado de tal manera hubiera supuesto una brusca chapuza) y que cumple con todos los requisitos de lo que debe cumplir un buen blockbuster: entretenimiento a raudales a merced de un puñado de personajes de los que puedes seguir hablando tras haber salido de la sala. Un nuevo triunfo para Marvel pero que a la vez debe suponer un leve tirón de orejas y un aviso para el futuro de que otra comedia más (para muchos será ilícito gastarse 200 millones de dólares en una peli cuyo objetivo es hacer reír) y esta vez no serán tantos los que rían las gracias. Un gozoso precalentamiento para 'Infinity War'.

·LO MEJOR: Su humor funciona y divierte.

·LO PEOR: La ligereza con la que se abordan las situaciones dramáticas.