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España España · Sevilla
Voto de Musiczine:
9
Thriller. Drama En Bangkok, el joven Julian, un fugitivo de la justicia estadounidense, dirige un club de boxeo tailandés que actúa como tapadera para tráfico de drogas. Su madre, jefa de una poderosa organización criminal, desembarca procedente de Estados Unidos para repatriar el cuerpo de su hijo favorito, Billy: el hermano de Julian ha sido asesinado tras haber violado y matado salvajemente a una joven prostituta. Llena de odio y deseo de venganza, ... [+]
27 de octubre de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay obras cinematográficas que, a la hora de analizarlas, en el momento de juzgarlas, mucho antes que por sus virtudes o por sus defectos, conviene valorarlas por lo que dicen de la voluntad de quien las ha creado. SÓLO DIOS PERDONA es un film imperfecto, es un film excesivo, es un film discutible, pero, ante todo, es un film que denota algo que, hoy en día, el crítico cinematográfico no tiene más remedio que agradecer: el afán por la investigación personal, la huida hacia adelante impelida por el hambre del peligro, el veto a esa mecedora creativa que es el balanceo del conformismo.

La última obra del danés Nicolas Winding Refn tiene hechuras de disparo en el menisco o, mejor dicho, de mano abierta sobre la mesa esperando a que, en el juego de la daga punzando entre los cuatro huecos de los dedos, la punta no dé con su velocidad en el metacarpiano del anular. La trayectoria del autor de Pusher avala ese compromiso con lo avieso, pero, dado el éxito descomunal de su soberbia Drive, y, por lo tanto, dada la expectación por si siguiente obra, no hubiera resultado inesperado que el escandinavo decidiera aprovecharse de tan merecidos laureles.

Pero no. La primera sorpresa que dirime SÓLO DIOS PERDONA es que, pese a que mantenga un soporte estructural muy similar (un trazado argumental en el que los aconteceres se encadenan sometiéndose a una inercia vengativa en la que cada hecho se constituye, de forma mecánica, como causa del posterior), en ningún momento trata de vindicar ni de acondicionarse a rebujo de aquel.

Ni siquiera la presencia de Ryan Gosling lo convoca; es más, advirtiendo la aún mayor depuración gestual con la que el magnífico intérprete acomete su rol en ella, podemos apreciar el viraje conmocionado, aturdido, lóbrego y perturbador que Winding Refn emprende en ella El silente romanticismo desesperado y generoso que palpitaba, engendraba Drive aquí se vuelve tortura de justicia inmisericorde. "Solo Dios Perdona" principia su singladura en una intuición mortificante, en la premonición de un castigo tajante, en la pus supurada por una conciencia en estado de vapuleo, desamparo y postración.

Lo primero que cabe decir de "Solo Dios Perdona" es que, pese a su apariencia controladísima, pese a su milimétrica fluidez formal, nos hallamos ante un film que no cesa de incomodarse a sí mismo y de seccionar la retina del espectador mediante una lacerante ausencia de conmiseración. A buen seguro, van a ser muchos quienes huyan despavoridos frente a la extenuante, apretada síntesis narrativa que la constituye y frente a la complacencia radicalísima (e innecesaria en algunos momentos) con la que el realizador asfixia la evidente brillantez de su propio estilo.

Sin embargo, quien esto escribe le alaba el gusto incomunicador al autor de Drive, puesto que el esfuerzo por construir este laberíntico discurso sobre la neurosis de un desfallecido que intuye la llegada del ángel de la muerte a seccionarle la vida podrá ser acusado de muchas cosas, pero de ningún modo le cuadra el adjetivo de baladí. "Solo Dios Perdona" es un film rocoso, desconcertado e ingrávido en el que el realizador sabe estar a la altura del choque de disímiles melancolías que imponen los dos personajes principales, el postrado Julian (apesadumbrada y despiadadamente roto, un majestuoso Ryan Gosling) y el litúrgico Chang (demoniacamente perfecto Vithaya Pansringarm).

La puesta en escena pergeñada por Winding Refn dirime un continuo encadenado de movimientos de cámara austeros, sinuosos, flemáticos, dentro de los cuales los personajes parecen condenados a una indescifrable parálisis. Los espacios elegidos procuran una escenografía prolija en pasillos, en espacios cerrados, iluminados de forma rojizamente nocturna, que se adecúan perfectamente a la naturaleza mental que origina muchos de ellos y gravita sobre todo el resto.

Los espacios estrechos y largos refieren el atolladero emocional que rige el comportamiento de Julian, de ahí que, por ejemplo, no deje de ser sintomático que la escena final, liberativa, tenga lugar en un espacio abierto y natural. El relato no cesa de tratar de encajar lo que la aparición de Chang tiene de pieza perdida y hallada dentro de la existencia traumática, intuitiva y consciente de Julian (la descripción de la figura materna -apariencia y carácter- es sorprendentemente meticulosa en abyecciones y malquerencias).

El protagonista es un ser escindido, herido, sabedor de su mal: los numerosos y soberbios planos de sus brazos seccionados por el encuadre del plano (y también brazos luchando, brazos atados a una silla, brazos traspasando una cortina en busca de un sexo femenino esperador: el personaje queda descrito por la actitud de la búsqueda sus manos) abundan en la naturaleza despedazada, malquerida y flagelante de Julian(extraordinaria la actitud frente a su madre tras la visita de Chang a ésta: esa búsqueda del germen de su infelicidad es llevada hasta sus últimas y fetales consecuencias).

"Solo Dios Perdona" impone esa mirada postrada, lánguida, fatigosa y oscura porque así lo exige la voluntad de su personaje central: Julian sabe que por fin se avecinan los tiempos de la justicia definitiva; la muerte de su hermano es el detonante de una ceremonia sangrienta al final de la cual su alivio ocupará el lugar del cordero degollado en el altar. Dios ha llegado a perdonarle su dolor. Winding Refn ejecuta la espera con toda la brutal paciencia requiere la función. Va a ser el film más discutido y provocador de iras de toda la temporada. El film busca con rigurosa saña ese cólera. Justamente, cautiva por ello.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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