La pregunta era evidente: ¿qué va a hacer Tarantino con la banda sonora? La peli ya se sabía que iba a ser cachonda y sangrienta, claro, eso sí, pero ¿cómo coño va a salvar la banda sonora? A mí me habría bastado con 6 temas de Hank Williams, otros 6 de Marty Robbins y algún homenaje a Morricone, pero no creo que eso motivase a la peña.

Pues la verdad es que se transforma en DJ vaquero maquinero y se sale. Hasta la mitad de peli. Y el final. Hay un tramo donde se desmarca sin criterio.
Además, una peli del oeste que comienza con una canción western y tiene paisajes nevados es un western de la hostia sí o sí.

El problema es que si esto es un Western, "Lo que el viento se llevó" y "Esclava Libre" también lo son. Así que los puntos añadidos por las montañas nevadas y el impresinante "Django" de Luis Bacalov & Rocky Roberts, que no podía ser eliminado, no suman como genialidad en ese aspecto.

De personajes ricos en algún aspecto, aunque sólo sea en lo esperpéntico, estaba claro que también iba a haber un puñao. Igual que, puesto que las películas de Tarantino ya son producciones millonarias, era evidente que vestuario, efectos especiales, reparto y demás gilipolleces estaban salvados a priori.

En fin, poca sorpresa (por fortuna) para una película vodafone, perdón, amena, que sin embargo peca en una cosa: la manipulación.
En las películas de QT suele haber mucho personaje sin ética ni moral y alguno, en forma de mano inocente, beatín, para dar la réplica y el mensaje.
Pues resulta que en Malditos Bastardos y en ésta, los mensajes morales no vienen de algún personaje si no de ¡el propio Spike Tarantino!, perdón, [...] no vienen de algún personaje si no de ¡el propio Quentin Lee!, joder, perdón, [...] no vienen de algún personaje sino de ¡el propio Quentin Tarantino!, esteoropipando... estereopitando... bueno, exagerando el comportamiento como si los blancos fuesen azules y los negros rojos en una peli española de los 90 sobre la guerra civil. Pues vaya full.