Media votos
4,6
Votos
2.415
Críticas
530
Listas
11
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Sines Crúpulos:
6
6,4
35.806
14 de julio de 2008
23 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
De estructura similar al cine de catástrofes nucleares, que tuvo a El planeta de los simios
por película bandera, y motivado por el temor a la fragilidad del planeta terrestre inculcado por Greenpeace y a la ocasionalidad, casi casualidad, de la existencia de vida en el universo, ésta, sin embargo, inculcada por el aumento del pensamiento lógico científico en la especie humana, aunque esto pueda extrañar... uff, creo que me he perdido...
Digo que el miedo a un castigo sobre la raza humana ejecutado por la madre naturaleza, está propiciando un cine de tintes crepusculares, apocalíptico, que encaja bastante bien en pantalla grande. Personalmente, me atrae más lo destructivo que lo heroico, y en este nuevo subgénero, por lo visto hasta ahora en películas como Hijos de los hombres, 28 días después, Soy leyenda, El incidente o esta misma, se puede decir que predomina lo primero, salvo, claro está, los instantes finales de cada metraje, que se ven forzados a lo segundo por aquello de dejar abierta una puerta a la esperanza. Sí, vivimos los días del cine apocalíptico. Y su película bandera, la que nos entreguen cruda, sin zombies, ni bichos, ni bacterias, está aún por llegar.
En La niebla se disfraza el diluvio universal con grises bichos cibernéticos, sin dejar de estar presente, eso sí, las cualidades de fatalismo, castigo y desesperanza propias del género, en el fabuloso personaje de la profeta interpretado por Marcia Gay Harden, por ejemplo.
O en la música de órgano eclesiástico y coros demoníaco-angelicales que suena durante el desquiciado viaje hacia la luz.
O en la recámara con cuatro balas
por película bandera, y motivado por el temor a la fragilidad del planeta terrestre inculcado por Greenpeace y a la ocasionalidad, casi casualidad, de la existencia de vida en el universo, ésta, sin embargo, inculcada por el aumento del pensamiento lógico científico en la especie humana, aunque esto pueda extrañar... uff, creo que me he perdido...
Digo que el miedo a un castigo sobre la raza humana ejecutado por la madre naturaleza, está propiciando un cine de tintes crepusculares, apocalíptico, que encaja bastante bien en pantalla grande. Personalmente, me atrae más lo destructivo que lo heroico, y en este nuevo subgénero, por lo visto hasta ahora en películas como Hijos de los hombres, 28 días después, Soy leyenda, El incidente o esta misma, se puede decir que predomina lo primero, salvo, claro está, los instantes finales de cada metraje, que se ven forzados a lo segundo por aquello de dejar abierta una puerta a la esperanza. Sí, vivimos los días del cine apocalíptico. Y su película bandera, la que nos entreguen cruda, sin zombies, ni bichos, ni bacterias, está aún por llegar.
En La niebla se disfraza el diluvio universal con grises bichos cibernéticos, sin dejar de estar presente, eso sí, las cualidades de fatalismo, castigo y desesperanza propias del género, en el fabuloso personaje de la profeta interpretado por Marcia Gay Harden, por ejemplo.
O en la música de órgano eclesiástico y coros demoníaco-angelicales que suena durante el desquiciado viaje hacia la luz.
O en la recámara con cuatro balas
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
para cinco personas, en la que Thomas Jane (gemelo de Christopher Lambert) demuestra no haber olvidado aquello de "sólo puede quedar uno".
Ahora toca esperar la era de las parodias del cine apocalíptico, que a mi me da que va a estar bien, porque pocas cosas más graciosas hay que cachondearse de una especie, como la humana, agotada de esperar el fin.
Ahora toca esperar la era de las parodias del cine apocalíptico, que a mi me da que va a estar bien, porque pocas cosas más graciosas hay que cachondearse de una especie, como la humana, agotada de esperar el fin.