Las comparaciones con odiosas, en ambas direcciones. Lo más destacable de este poco deseado remake, por innecesario, es que es bueno. La película es divertida, entretenida, sabe a palomitas. Es fiel al cuento de ROALD DAHL, aunque eso me da igual y es lo de menos, desde luego.
Las novelas están para cogerlas y hacer con ellas lo que a uno le venga en gana cuando las adapta.
El problema viene cuando se compara a ANNE HATHAWAY (estupendamente cómica en su papel de bruja reina) con la ultra-icónica ANJELICA HOUSTON y sobre todo con su transformación en la película, grotesca y absolutamente genial en la original, diseño de JIM HENSON, transformación que en esta nueva versión decepciona bastante, sin llegar a estar a la altura.
Deberían haber subido la apuesta.
Por otro lado, para ser justos si nos ponemos a comparar, tampoco conviene olvidar que la primera versión cinematográfica ya era imperfecta (parecía un telefilm británico más que una película de cine) aunque rebosante de encanto, qué duda cabe. Es inevitable compararlas y también es innecesario.
Lo que hay que hacer es disfrutarlas.