Basada en cuento de Steinbeck, la cinta es un auténtico "cuento" infantiloide ambientado en una granja californiana.
Para estar dirigida al ámbito familiar, nos presenta una madre seca como un palo que parece la madrastra de Cenicienta, un padre que pasa fuera de casa largo tiempo y que no traga a su suegro, una especie de abuelo Cebolleta vestido de Buffalo Bill y siempre dispuesto a contar sus batallitas.
El único que da un poco la talla es el capataz del rancho, Billy (Mitchum), que hace buenas migas con el chaval (Miles).
Despertar con el canto del gallo, poni enfermo de una dolencia que le impide respirar (estrangur), intervención quirúrgica para abrir un orificio en la tráquea y colocarle un tubo, disputas familiares, niños repipis que empiezan la clase diaria pronunciando en voz alta un párrafo de la Constitución ante la bandera con el brazo derecho extendido pero con la palma hacia arriba.
Y todo esto con una música de fondo cargante y pesada.
Una cosa es una película amable de animales para ver en familia y demás, y otra tomar a los niños y a sus padres por bobos.
Total, que tachamos este poni rojo con un boli rojo.