Así inicia Sonja (Keaton) una largo monólogo hacia el final de la cinta, jugando con estas dos palabras en un vacuo ejercicio semántico. "Amor es sufrir, el amor es insufrible ..."
Algo así los parece el cine de Woody Allen, un ejercicio literario a base de frases más o menos sonoras con algunos golpes graciosos de vez en cuando. Todo en medio de una trama que es la nada o la casi nada absoluta.
No negamos la comicidad de algunos gags que mueven a la sonrisa, como ese desfile de soldados con uno de ellos, siempre el mismo, rompiendo la formación con sus torpezas. Algo ya muy visto desde los tiempos del cine mudo.
Verdades de Pero Grullo, claro que, dichas en este caso por Boris ( Allen), resultan graciosas: "Si los franceses matan más rusos, ganarán; si nosotros matamos más franceses, ganaremos. ¿Qué, ganaremos"?" Pues eso.
Demasiado discurso, demasiadas gansadas.
De todas formas, no está mal. Recomendable, con algún reparo a los no acérrimos del clarinetero.