En el principio es una cacería espectáculo que reúne a todo el pueblo que mira o dispara sobre una pequeña caseta donde se encierra un pobre hombre negro y su esposa india embarazada.
Hasta la diligencia se detiene para contemplar el tiroteo. Lo malo es que el vigilante de la misma y alguacil de la parte mexicana de La Noria es Bob Valdez (Lancaster). Desciende del pescante y pregunta lo que ocurre. Nada, que ese negro desertor ha asesinado al marido de Gay Erin (Clark), ahora "novia" del poderoso Frank Tanner (Cypher) que dirige personalmente la cacería al frente de sus esbirros. ¿Tienen pruebas?, pregunta Valdez ingenuamente. No hacen falta, "No me gusta que la gente crea que maté a una persona para tener a su esposa".
Naturalmente el negro es abatido por Valdez y, naturalmente también, se demuestra que era completamente inocente pues se trataba de un error de Tanner.
El alguacil de La Noria organiza entonces una colecta para que la india preñada (magnífica Penaloza en su silenciosa y breve interpretación) pueda regresar con los suyos, colecta que debe encabezar con cien dólares el propio Tanner por su responsabilidad en la muerte del inocente.
Sale entonces a relucir el toque racista y soberbio del rubicundo cacique, "Hay que ser tonto para darle una estrella de latón a un mexicano". Ante la firme insistencia de Valdez reclamando los dólares, ordena a su lugarteniente, Segundo (Heyman), que lo ate con cuerdas a una cruz de palo para que vuelva andando a su casa. Crucificado caerá extenuado a mitad de camino ...
En la siguiente escena se repone en casa de su amigo Diego (Silvera). Alguien lo ha liberado de la cruz. Saca Valdez su viejo uniforme militar y sus armas. Contempla su retrato de soldado, empieza ahora otro tipo de cacería.
Sin ser un dechado de originalidad el planteamiento es interesante. El guion tiene algunos fallos evidentes como las numerosas menciones a Malson (Brown) para la corta intervención que tiene, lo cual indica que al final se eliminaron escenas. Dirección correcta que mantiene la atención del espectador a base de acción continua, buen ritmo e interesantes diálogos.
En cuanto a las interpretaciones bien Lancaster aunque pasado de años y de maquillaje, inexpresiva Clark, en su papel Davis y del resto del reparto destacar a Heyman, Silvera y la citada Penaloza).
Nos quedamos sobre todo con el análisis de los personajes. El remordimiento del viejo alguacil ante el error que cuesta la vida a un inocente, el desprecio racista del culpable, la respuesta de aquel tomando conciencia de su propia responsabilidad, pero, especialmente, el lento pero inexorable cambio de opinión que experimenta todo el entorno del orgulloso Tanner ante el ejemplo de valentía y la justa reclamación de Valdez.
Una buena cinta bien ambientada en los paisajes almerienses y castellanos, donde destacan escenas como la crucifixión o la del final.