Como en el Génesis, después de crear el mundo Dios descansó el séptimo día.
Después del "séptimo amanecer" la suerte de la bella Dhana (Capucine) está definitivamente echada. La tensión y la angustia que espectador viene sufriendo por ver si llegan a tiempo Ferris (Holden) y la no menos bella Candace (York) para salvarla de la horca, por fin se relaja.
Estamos ante dos interesantes historias de amor con sendos triángulos que forman los actores citados junto al enigmático Ng (Tamba). "Un hombre puede ser un dios para una mujer, pero entre dos quedará siempre como un payaso".
También historias de amistad entre adversarios ideológicos.
El comienzo es espeluznante con ejecuciones a sangre fría en plena selva mientras los altavoces comunican la rendición de Japón y el final de la II Guerra Mundial en Asia.
Un guion sólido nos conduce por el devenir de antiguos compañeros de armas. La realización va poco a poco mostrando la historia de Malasia en los años del final del colonialismo inglés, los intentos de penetración comunista en el territorio mientras otros tratan de "Poner bozal al dragón", como los buenos negocios de los occidentales con el caucho y el estaño.
Y nos muestran la historia con bastante objetividad, al menos repartiendo responsabilidades.
Lo mejor los personajes, los cuatro citados, con sus virtudes y sus defectos. Sin maniqueísmos baratos.
Y tensión. El tiempo corre contra Dhana mientras sus amigos atraviesan la selva.
Excelente ambientación, paisajes y colorido.
Una pequeña lección de historia de un país muy poco conocido en Occidente. Una buena lección de cine y de interpretaciones.
Recomendable.