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Voto de Lafuente Estefanía:
7
Western Nuevo México, 1878. John Chisum (Wayne) es un hombre duro y emprendedor que, partiendo de la nada, llega a ser propietario de un vastísimo rancho ganadero en Lincoln (Nuevo México). Le llaman el “El Rey del Pecos” porque las aguas de este río pasan por sus tierras, aunque él permite que las utilicen todos los granjeros del condado. Son dignos de mención Billy el Niño y Pat Garret como personajes secundarios. (FILMAFFINITY)
21 de junio de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un nuevo western en el que los personajes y la trama se extraen de la historia de la colonización del Oeste americano. Lo de menos es que a veces se falseen los hechos o se presenten de forma tendenciosa, al fin y al cabo el cine es un arte y tiene sus libertades creativas. Pero el trasfondo de la trama presenta hechos sacados de la historia de los EEUU, con lo que se consigue reforzar el conocimiento de la misma entre los espectadores. En este caso la conocida como "guerra del condado de Lincoln" entre los ganaderos de la zona. Siempre se ha dicho que sabemos mucho más del pasado de Norteamérica qued el de España, y en buena medida esto es debido a los westerns.
Lo que más nos ha llamado la atención de "Chisum" no es el protagonista principal (Wayne), los magníficos secundarios, el argumento, la música, la fotografía o los paisajes, sino el serio intento de rehabilitación que Henry Tunstall desarrolla con el joven Billy Bonney. Le enseña a leer en la Biblia y a conocerla, le ofrece a través de Chisum un oficio respetable que le permitirá de paso respetarse. Es cierto que la cabra tira al monte del pistolerismo, pero hay una escena magnífica que, en nuestra opinión, resume un poco la lucha que hay planteada en el interior del joven personaje. Cuando a solas, en la orilla del río Pecos, lee el pasaje de Caín y Abel con la Biblia en una mano y la pistola en la otra. El día y la noche, el blanco y el negro.
Tiene que ser la inicua muerte de su protector a mano de los corruptos ayudantes del corrupto sheriff, que protege el no menos corrupto Lorens Murphy y gran antagonista del "bueno" Chisum. Es entonces cuando Billy se enfrenta con sus asesinos tomándose la justicia por su mano, cuando el equilibrio se decanta anunciando ya el nacimiento de la leyenda de Billy el Niño. Y para que nada falte tenemos también ya a Patt Garret, que no solo "hereda" su novia sino que con el nombramiento de sheriff de Lincoln anticipa su persecución futura. Es cierto que los hechos no fueron exactamente como se cuentan en la cinta. ¿Y qué más da? ¿Quién dice que no pudieron suceder de esa forma en otras circunstancias?
Por lo demás nos encontramos con una película entretenida. Tampoco hay que pedirle peras al olmo, al fin y al cabo, como dice la sentencia, ni leña al Este ni justicia al Oeste del Pecos.
Lafuente Estefanía
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