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Voto de Lafuente Estefanía:
9
Western Un explorador (Burt Lancaster) ayuda a la caballería de los Estados Unidos a perseguir y a capturar a una banda de indios apaches renegados, cuyo jefe se llama Ulzana. El explorador intenta enseñar a un joven e idealista teniente que la única forma de combatir a los violentos apaches es usar una fuerza superior. (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2020
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contestación de un veterano sargento a su joven teniente De Buin (Davison), hijo de un pastor protestante recién llegado de West Point a Arizona, cuando le recrimina su hostilidad contra los indios.
Y es que la cinta va de eso, de la extrema violencia de estos que resulta injustificable a ojos de los blancos llegados del Este. Inquiere el teniente sobre la causa final de esta forma de entender la vida y le pregunta, le pregunta a un viejo explorador curtido en cien batallas, McIntosh (Lancaster), sobrio, magnífico en su interpretación, que convive con una india y que ya no se hace muchas ilusiones sobre su futuro. Y pregunta también a otro explorador apache, Kenitay (Luke), del que desconfía y a quien castiga injustamente al transferirle la culpabilidad de los de su raza. Y es que se produce una rotunda transformación en la forma de enfocar el problema de la violencia gratuita a medida que De Buin contempla las torturas y las muertes de los apaches.
No se conforma con las respuestas que recibe: "Ellos son así, siempre han sido así", matan para hacerse con el poder y el valor de sus víctimas, así cuanto más poderosos son mayor es la fuerza que adquieren. Hasta que, saturado de violencia, el religioso teniente que lee la Biblia contempla cómo sus hombres, los blancos, llegado el momento de la venganza se comportan lo mismo que sus feroces enemigos.
Magnífica película en la que destaca todo: guión, ritmo, interpretación, música, paisaje, fotografía (especial mención a los planos con movimientos de tropas). Sobresalen sobre todo las escenas del comienzo y la final cuando el "malvado" Ulzana llora como cualquier padre la muerte de su hijo.
Al margen de las patologías psíquicas producidas por el mundo violento (y las violaciones) que se viven, en lo sanitario nos llama la atención el cuidado que tiene el joven teniente de sus dientes y encías cuando las limpia y frota con un pañuelo húmedo.
Lafuente Estefanía
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