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Voto de Lafuente Estefanía:
8
Western Wyatt Earp, antiguo cazador de búfalos y aventurero, llega a Wichita (Kansas), un pueblo ganadero en el que impera la ley del más fuerte. Su habilidad con el revólver le convierte en el candidato perfecto para el puesto de sheriff, pero rechaza el empleo. Sin embargo, las circunstancias hacen que se sienta moralmente obligado a imponer la ley y el orden en la caótica ciudad. (FILMAFFINITY)
23 de abril de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La silueta de un hombre con su montura se recorta allá a lo lejos en lo alto de un monte. Junto al rebaño, los vaqueros que cenan se preguntan quién puede ser. Pronto lo conocen, es un antiguo cazador de búfalos que marcha a Wichita, lo mismo que ellos. Es nada menos que Wyatt Earp (McCrea) y quiere dedicarse al prosaico mundo de los negocios.
No va descaminado, Wichita es el lugar más apropiado para ello. Acaba de llegar el ferrocarril y abundan las oportunidades. Aunque ninguna tan floreciente como las salas de fiestas donde los conductores de ganado dejan en unos pocos días los dólares que con tanto esfuerzo han ganado durante meses. Magnífica escena la llegada de la "manada" de vaqueros en "estampida" a la ciudad, que es recibida con los brazos abiertos de las señoritas de saloon y por las cuentas corrientes de sus propietarios como Doc Black (Buchanan).
Wyatt conoce perfectamente el desenlace del encuentro, como también lo sabe el viejo director de "Wichita Clarion", Arthur Whitehead (Ford), pues ambos han vivido ya esta misma experiencia en otros lugares. Sin llegar a los extremos que vemos en la cinta, algo de todo esto conocimos personalmente en nuestra juventud calamochina cuando en las tardes dominicales llegaban a nuestra villa con dinero fresco los mineros de Utrillas.
Pero ahí está Wyatt para poner orden desde el puesto de sheriff que acepta a regañadientes y, muy pronto, también contra la voluntad de las fuerzas vivas que le habían ofrecido el puesto confiando poder controlarlo a su antojo. Significativa asimismo es la imagen de esa punta de borrachos y pendencieros encerrados en la pequeña jaula de la cárcel como ganado en un corral.
Y esta es la trama de la obra planteada mediante un guion muy efectivo que muestra un Wyatt Earp bastante alejado al que veremos en el célebre duelo de OK Corral, pues como reconoce Arthur "Un pistolero es algo muy distinto a un tirador de pistola", o "Servir a Dios y servir a la Ley exige una gran vocación".
Buena también la ambientación, con esa abundancia de anónimo figurantes que engrandece al western clásico y que tanto se echa de menos en las obras modernas del género, que pretenden soslayarlos a base de efectistas y reiterativos primeros planos.
Personajes muy bien dibujados, ricos en claroscuros y matices, entre los que destacamos al director del periódico local, un hombre de vuelta de la vida que conoce bien lo que sucede en estas ciudades ferroviarias y el papel que cabe exigir a la profesión: "Un periódico debe ser algo más que un buen consuelo, debe moldear la opinión de sus lectores". Hasta cierto punto estamos ante un western periodístico.
Acción continua pero sosegada, sin un ritmo demasiado trepidante, con notables interpretaciones y algunos golpes ingeniosos como la llegada de los Earp a Wichita.
En resumen, una gran película del Oeste desgraciadamente no muy conocida.
Lafuente Estefanía
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