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Colombia Colombia · Bogotá
Voto de Casaubon:
10
7,7
7.370
Documental Cuando, en 1996, Ry Cooder viajó a Cuba para grabar un álbum con Ibrahim Ferrer y los músicos que habían colaborado en el disco Buena Vista Social Club (conocidos en Cuba como los Super-abuelos), Wenders lo siguió: observó a los músicos en el estudio y rastreó sus vidas en La Habana. Después rodó en Amsterdam, donde la banda dio dos conciertos y, finalmente, en Nueva York, en un recital espectacular en el legendario Carnegie Hall. (FILMAFFINITY) [+]
25 de diciembre de 2010
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando veas este documental, cierra los ojos y deja que la música transporte tu imaginación a La Habana, a los cafetines sumidos en la oscuridad con leves destellos de las velas iluminando esporádicas veces el humo de los tabacos que se elevan al techo del lugar mientras que el aroma del ron cubano añejo se mezcla con el de la madera de las mesas y las paredes. Tu estarás sentado(a) en una de ellas con tus ojos fijos en el escenario donde algunos reflectores iluminan a los grandes exponentes de la música cubana que interpretan con magistral armonía sus sones, mientras que solo puedes sonreír y seguir inevitablemente los compases con tus pies golpeando el suelo y tus manos extraerán ritmos melódicos al golpear sus palmas contra la mesa.

Documental solo para fanáticos de la música cubana y antillana. En él se narra la historia de algunos grandes interpretes musicales de esta isla caribeña que, organizados por Ry Cooder (Guitarrista norteamericano No. 8 en la lista de "Los 100 Mejores Guitarristas de Todos los Tiempos", según la revista Rolling Stones) y su hijo, emprenden el proyecto musical con el que son conocidos hasta hoy –Buena Vista Social Club–. Son legendarios los nombres de Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Rubén González, Elíades Ochoa, Omara Portuondo, Pío Leyva, entre otros. Es una obra de arte musical que todo latino que aprecie sus raíces debería conocer. Música hecha con el corazón, con coraje, por el gusto del arte y lejana a la producción de ganancias y de dinero que mueve a las discográficas y a los artistas de hoy. Fanáticos de grupitos de medio pelo, tienen prohibido verla, seguramente sus oídos no resistirán cinco minutos de esta excelente música.
Casaubon
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