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Voto de Isaac Paskual:
8
7,1
9.024
Animación. Aventuras. Drama. Fantástico Historia muda sobre un náufrago en una isla tropical desierta, poblada de tortugas, cangrejos y aves. La película cuenta las grandes etapas de la vida de un ser humano. Debut en el largometraje del animador Michael Dudok de Wit (ganador del Oscar por su cortometraje "Father and Daughter"). Una coproducción de varias productoras francesas y el Studio Ghibli. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2019
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Tienes que poner un poco de tu parte, no lo negaré. Pero toda vez que lo haces, es imposible no hincar la rodilla ante este auténtico diamante en bruto que es "La tortuga roja". Una arriesgada anomalía en su ámbito. Una magnífica y gloriosa anomalía.
En "La tortuga roja" se da un hecho sin precedentes. Es la primera vez que un director no japones colabora con el mítico estudio Ghibli. Y vista la exclusividad de la compañía, es evidente que algo habrán visto en este cineasta belga poseedor de un Oscar al mejor corto animado. Exclusividad bien entendida, claro. Que no parezca elitismo gratuito, malpensados.
Desde el minimalismo más magnético, Michäel Dudok de Wit te desarma con esta, sencilla y compleja al mismo tiempo, fabula acerca de nuestra relación con la naturaleza y sobre el ciclo de la vida de un ser humano. Un naufrago cae en una isla desierta. No sabemos ni como se llama, ni como ha llegado al lugar, ni en que época se desarrolla la historia. Solamente tenemos a nuestro protagonista y su meta, escapar. Pero no sera fácil. Una misteriosa tortuga roja se interpone siempre en su camino. Como curiosidad diré que "La tortuga roja" casi me parece una prolongación de “Cuando todo esta perdido” (J.C. Chandor, 2013). Quien haya visto el film me comprenderá, y quien no ya está viéndolo.
El primer acto de "La tortuga roja" es sublime. No sabes absolutamente nada, aunque tampoco lo necesitas ni te importa, estás dentro desde el minuto uno. Es a partir de la inclusión en la historia del extraño rival de nuestro protagonista cuando más de su parte habrá de poner el espectador. Realidad y ensoñación se abrazan continuamente en esta melancólica historia sobre el paso del tiempo, casi como si los primeros diez minutos de "Up" (Pete Docter, 2009) fuesen estirados y desarrollados.
Visualmente la cinta es una delicia. Una animación artesanal y sencilla que es capaz de contener una inmensa complejidad y maestría. "La tortuga roja" es bellísima, no podía dejar de mirar. Y Michäel Dudok de Wit demuestra un mimo por el detalle que le honra.
En definitiva, "La tortuga roja" me ha encantado. Su sobriedad igual va algo en contra de la emoción más primaria. A esta le cuesta asomar la cabeza de su caparazón. Y ese es el mayor lastre del film, a mi parecer.
Isaac Paskual
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