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Voto de Isaac Paskual:
8
Drama El Padre James Lavelle (Brendan Gleeson) se esfuerza por conseguir un mundo mejor. Le preocupa ver la cantidad de litigios que enfrentan a sus feligreses y a la gente de su parroquia, y le entristece que sean tan rencorosos. Un día, mientras está confesando, recibe una amenaza de muerte de un feligrés anónimo. (FILMAFFINITY)
11 de junio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuanto más tiempo transcurre desde su visionado, más claro lo tengo. "Calvary" es de esas cintas que, con el reposo adecuado, ganan muchísimos enteros.
John Michael McDonagh, hermano de Martin McDonagh, debutó en el largometraje de una forma bastante brillante con "El irlandés" (2011), convirtiéndose en una estupenda comedia negra, y ahora en su segundo trabajo da un paso adelante acercándose al drama pero sin perder nunca de vista la comedia negra innata en él.
Creo que estoy en facultades de decir que "Calvary" goza de uno de los mejores puntos de partida que he visto últimamente en el cine, sencillamente la primera escena de la película es demoledora y toda una declaración de intenciones. El padre James Lavelle está en su confesionario y aparece un feligrés que, en mitad de su confesión, le asegura que dentro de una semana lo matará. Pero lo que añade definitiva envergadura a dicho inicio son los verdaderos motivos que mueven al extraño, los cuales no desvelaré, pero te dejan descompuesto y clavado en la butaca. A partir de aquí se desarrollan siete días durante los cuales el protagonista de la historia se dedica a analizar a sus parroquianos intentando discernir cual puede ser el origen de las amenazas, al tiempo que intenta poner en orden su vida. "Calvary" son noventa minutos de conversaciones entre el cura y sus extravagantes vecinos, forma mediante la que brilla con luz propia el John Michael McDonagh guionista con un texto cuidado al milímetro y rebosante de sabiduría. Es cierto que dentro de la virtud puede convivir el defecto, el desarrollo del film puede pecar de repetitivo llegando a lo monótono en algunos momentos, conversación tras conversación y entrevista tras entrevista es posible perder ligeramente la fe en "Calvary", el realizador ingles no se lo pone fácil al espectador en las formas, pero es por eso que anteriormente decía que es mejor juzgar la película en frío que en caliente.
Una de las grandes virtudes de "Calvary" es el inmenso Brendan Gleeson, quien ya brillo en el anterior film de John Michael McDonagh. Gleeson comanda un equilibrado reparto de sólidos secundarios que se mueven entre la locura y la honestidad.
En definitiva, "Calvary" es una gran película culminada con un genial desenlace que te sorprende y te golpea justo cuando pensabas que ya nada podría sobrecogerte. Seguramente John Michael McDonagh tenga que pulirse aún mucho como cineasta, pero por el camino va dejando pequeñas perlas.
Isaac Paskual
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