Una de las grandes virtudes de “La noche de Halloween” (2018), y seguramente la que encumbra y diferencia al film, es la de cumplir con una función rejuvenecedora respecto al slasher, siguiendo de alguna manera la estela de “Feliz día de tu muerte” (Christopher B. Landon, 2017). Y es que el slasher, aunque no lo parezca, es un subgénero que evoluciona más de lo que aparenta.
Este film de la escuela Jason Blum, en su afán actualizador, tiene dos reajustes que destacan por encima. El primero es el de entregar un slasher en el que una de las, en teoría víctimas, goza de más calado incluso que el propio psicokiller, una característica que así a bote pronto no soy capaz de adjudicar a ningún otro film encuadrado en dicho subgénero. “La noche de Halloween” (2018) es Jamie Lee Curtis, simple y llanamente, muy por encima incluso del propio Michael Myers. Esa Laurie Strode en plan abuela cascarrabias paranoide afiliada a la asociación del rifle me ha dado la vida, heroína del año a la de ya. El segundo es el de albergar un muy interesante fondo bajo el chasis de slasher. Aquí tenemos una clara defensa de la sangre y la familia por encima de todo, por no mencionar que la cinta también alberga la intensa llama del empoderamiento femenino con ese trío protagonista. A ello hay que añadirle el evidente mensaje made in Blum anti Trump, aunque este al final queda algo difuso ya que “La noche de Halloween” (2018) es de cerebro demócrata contra Donald Trump y lo que representa pero de corazón republicano representado en la forma de ser de Laurie Strode.
Narrativamente “La noche de Halloween” (2018) va de menos a más, mi mayor pega del film. Tenemos una primera mitad de metraje tirando a ramplona y poco evocadora, en la que lo que más destaca es esa preciosa escena inicial con Myers en el patio del centro. Y luego desembocamos en una segunda mitad de película que pega un subidón importante, entregando todo el placer que esperábamos y no habia sido capaz de ofrecer antes. Cierto que a la original de John Carpenter de 1978 le sucedía igual, pero este usaba mejor la tensión en las partes más pasivas de su cinta. Por desgracia David Gordon Green no es John Carpenter.
“La noche de Halloween” (2018) también goza de más naturalidad de la que preveía. Lo que más quiero destacar es lo que se nota que entre sus guionistas hay uno llegado directamente de la comedia, como es Danny McBride. El único momento de desahogo cómico que hay funciona a las mil maravillas, algo que no suele ocurrir en este tipo de films. Por no mencionar lo bien que le sienta a la película el auto-homenaje y la auto-parodia.
En resumidas cuentas, “La noche de Halloween” (2018) es un buen y respetuoso revival de la de Carpenter, disfrazado para la ocasión de secuela, que se aprovecha inteligentemente del factor emocional del devoto.