Este drama romántico de Cameron rompió las taquillas en todo el mundo, consiguiendo que hasta en los pueblos más tranquilos se registrasen colas nunca vistas allá por el otoño de 1997. Todo el mundo hablaba de ella en la calle, en el instituto, en el trabajo, en casa... incluso no faltaba el listo de turno que te soplaba el final. Hasta la cola que salía del cine mientras tú entrabas. Pero claro, ya te lo habían destripado.

Objetivamente hablando es una gran película, contando con un presupuesto multimillonario como nunca antes se había dispuesto y con efectos especiales muy cuidados y distribuyendo muy bien los tiempos de presentación de los personajes, relaciones, suceso del desastre que todos conocemos y el desarrollo de esa situación de peligro y caos.

Subjetivamente, podemos pensar que la relación que se presenta en la película es muy inverosímil y bastante empalagosa. Chica acomodada que está prometida por conveniencia paterna con un rico y que se enamora de un chico pobre y sencillo pero con corazón. Pero en este caso quizá depende más de la edad con la que la vimos y nuestra propia situación sentimental, pues de alguna manera mucha gente vio en esta relación una especie de espejo en el que mirarse. Y eso sin contar el relanzamiento de DiCaprio como bomba sexual masculina. Pero un DiCaprio diferente, que apuntaba maneras pero aún algo inmaduro. El tiempo le ha convertido en un excelente actor, pero en esta película actúa de una manera correcta pero mejorable. El resto de personajes, en la misma línea de estereotipos. Eso sí, la mejor interpretación en mi opinión es la de la narradora Gloria Stuart. Sencillamente inolvidable su actuación.

En resumidas cuentas, en mi opinión se trata de una producción muy bien hecha pero al mismo tiempo considero que está harto sobrevalorada. ¿11 Oscars de la Academia? No dudo que merecía unos cuantos, pero a mi juicio fueron excesivos.