Interesante distopía que mezcla drama con suspense y acción y es protagonizada por un Will Smith que desempeña muy eficazmente su papel de hombre solitario y desesperado. Es curioso cuanto menos ver el comportamiento y vivencias de una persona que cree ser el único habitante humano (que no humanoide) de la tierra, en compañía de una perra. Pero no siente orgullo ninguno por ello, sino mantiene esperanza en encontrar una cura para los infectados. Sin embargo, la historia de este remake no está lo suficientemente bien construida como para que nos fascine, a pesar de que se vayan intercalando escenas de flashbacks que nos explican con claridad qué sucedió para que tuviera lugar un escenario postapocalíptico.

En cuanto a aspectos técnicos, la fotografía es buena y adaptado al tipo de película. Es decir, con tonos oscuros y tenues y creando una atmósfera de inquietud. Los efectos especiales de los zombies-vampiros están en la línea de lo esperado, sin llegar tampoco a sorprender.

Los mensajes son muy claros. Los males y desastres de la tierra son responsabilidad exclusiva del hombre. Pero pueden existir algunas personas hechas de otra pasta que se esfuercen por encontrar una solución o reparación al problema. Además, merece la pena conservar la esperanza hasta el último momento. Puede ser creyendo que algo divino nos llama (apelando a la fe) o sencillamente nuestra propia iniciativa. Son dos visiones válidas y tal vez compatibles.