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Voto de Atticus:
1
7,4
84.594
Drama
Chris Gardner (Will Smith) es un vendedor brillante y con talento, pero su empleo no le permite cubrir sus necesidades más básicas. Tanto es así que acaban echándolo, junto a su hijo de cinco años (Jaden Smith), de su piso de San Francisco, y ambos no tienen ningún lugar al que ir. Cuando Gardner consigue hacer unas prácticas en una prestigiosa correduría de bolsa, los dos protagonistas tendrán que afrontar muchas adversidades para ... [+]
20 de octubre de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevaba tiempo teniendo esta película en el radar a través de conocidos y amigos que me la vendían hace ya bastante tiempo como "buenísima", a un nivel motivacional. Sin embargo leyendo las sinopsis y algunas críticas pronto me dí cuenta de lo que tenía delante.
Viendo su buena puntuación en Filmaffinity me decidí a verla, no en vano, hace ya bastantes años que se escribieron la gran mayoría de las criticas, y es posible que el tiempo aporte más elementos de juicio sobre esta película.
He de decir que la película no decepciona y es exactamente lo que esperaba encontrar. Historia manidísima de cumplimiento de sueño americano "trabajando duro", donde absolutamente todos los ricos lo son porque son seres brillantes, ultra trabajadores (Aquí ninguno es rico porque sus padres ya lo fuesen, como suele ser en la abrumadora mayoría de casos), y buena gente, significando la "felicidad" del título como el éxito y la riqueza (Al terminar la película, en los textos del epílogo, se entenderá de qué hablo), debiéndose la pobreza fundamentalmente a: 1) Taras mentales 2) No perseguir tus sueños 3) No estar dispuesto a sacrificar TODO por perseguirlos 4) No aceptar trabajos infra-remunerados 5) No aceptar ser el chico de los recados para caerle en gracia a los Dioses ricos que son tus superiores corporativos, en la esperanza de que cayendo en gracia . Realmente buena parte del guion lo podría firmar Ayn Rand sin problemas.
Viendo su buena puntuación en Filmaffinity me decidí a verla, no en vano, hace ya bastantes años que se escribieron la gran mayoría de las criticas, y es posible que el tiempo aporte más elementos de juicio sobre esta película.
He de decir que la película no decepciona y es exactamente lo que esperaba encontrar. Historia manidísima de cumplimiento de sueño americano "trabajando duro", donde absolutamente todos los ricos lo son porque son seres brillantes, ultra trabajadores (Aquí ninguno es rico porque sus padres ya lo fuesen, como suele ser en la abrumadora mayoría de casos), y buena gente, significando la "felicidad" del título como el éxito y la riqueza (Al terminar la película, en los textos del epílogo, se entenderá de qué hablo), debiéndose la pobreza fundamentalmente a: 1) Taras mentales 2) No perseguir tus sueños 3) No estar dispuesto a sacrificar TODO por perseguirlos 4) No aceptar trabajos infra-remunerados 5) No aceptar ser el chico de los recados para caerle en gracia a los Dioses ricos que son tus superiores corporativos, en la esperanza de que cayendo en gracia . Realmente buena parte del guion lo podría firmar Ayn Rand sin problemas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El guion tiene perlas buenísimas que dejan clarísimas las intenciones:
0) Prólogo. Títulos iniciales. Vemos tíos en traje y corbata muy ocupados en ganarse el pan. Vemos también mendigos literalmente tirados en el suelo. También algún artista urbano haciendo alguna performance.
1) Al inicio de la historia, el bueno de Will es un vendedor de aparatos electrónicos para hospitales convertido de que estos le harán multimillonario, y por ende feliz. Will no se come un rosco vendiendo esos aparatos porque los hospitales no lo compran, él hace lo que puede y un día se da cuenta de lo felices que son los brokers americanos, verdadero motor de nuestro sistema económico y que nos han traído alguna que otra crisis de tanto en cuanto. El bueno de Will recuerda que en el cole se le daban muy bien las mates, y esos tíos tan felices son mu buenos en mates, fíjate que hasta son brokers. La mujer le mira sorprendido cuando el bueno de Will le cuenta su plan de hacerse un broker también para crear riqueza, y dice "y qué más, Astronauta?". Tened claro, amigos, que hace falta ser de una pasta muy superior para ser un broker financiero. Poco menos que Stephen Hawking.
2) Cuando el bueno de Will en medio de su trabajo decide presentarse a una entrevista para perseguir su sueño del éxito siendo Broker, nuestro más húmedo sueño, deja uno de sus invendibles aparatos en los que se hipotecó comprándolos en formato Makro con una artista urbana que toca la guitarra. Dice que a esa parte de su vida la llama "haciendo el idiota", y subraya "confié en una hippie". Apoteósico. Si llega a ser española la película podía haber dicho "perroflauta" sin problemas. La hippie representa a ese grupo de personas que malviven buscándose el pan (El grupo 2 de supervivientes en la jungla capitalista del prólogo), pero sin metas serias que permitan alcanzar la verdadera Felicidad, es decir, ser millonario y evadir impuestos. Como estos hippies no son multimillonarios porque no trabajan y valoran más holgazanear, uno no podría confiar nada en ellos. Como insospechable giro de guión, la hippie le roba el aparato y nuestro pobre Will tiene que perseguirla y quitarle el aparato a otro hippie-perroflauta que tiene como pareja. Por supuesto, como ser social indigno, tampoco pelea por el aparato, como haría un auténtico liberal.
3) Los aparatos y los robos dan aún más juego. Hay un señor tambien asociado al perroflautismo que directamente cree que el escáner es una máquina del tiempo. Ay, estos inadaptados sociales.
4) El bueno de Will hace sablazos a los taxistas porque tiene que cumplir su sueño, persiguiendo a socios de las corredurías de bolsa que están súper ocupados porque tienen que hacer ganar mucho dinero a todo el mundo, y además son súper inteligentes.
5) Will cuenta sus secretos para ascender: Dice que sin colgar el teléfono en todo el día, ni beber agua, ni miccionar, se puede ganar 8 valiosísimos minutos que le acercan a ser millonario, ya que está en una compañía excelente que le cogerá si es el mejor entre 20 aspirantes. La definición de mejor es, por supuesto, vender más. En ningún momento se expone el lado oscuro que suele conllevar la competición, en el sentido de trampas y jugarretas.
6) Pero el éxito no llega y al bueno de Will no le bastan los sablazos. Él hace todo lo que puede, sin renunciar nunca a lo que le pidan los socios de la empresa (Fundamentalmente le piden cafés, que les traiga cosas que se han dejado en su coche, etcétera), porque son demiurgos creadores de la Riqueza y por tanto de la Felicidad. Will acaba en la calle, durmiendo en el metro y acabando de trabajar muy pronto porque si no no puede irse con su hijo al albergue. Sucede la magia, porque saliendo mucho antes que sus compañeros, ¡consigue vender más!
7) El bueno de Will llega hasta a vender su sangre. Un poco más y nos vende el tráfico de órganos como lícito para alcanzar la felicidad (Los millones).
0) Prólogo. Títulos iniciales. Vemos tíos en traje y corbata muy ocupados en ganarse el pan. Vemos también mendigos literalmente tirados en el suelo. También algún artista urbano haciendo alguna performance.
1) Al inicio de la historia, el bueno de Will es un vendedor de aparatos electrónicos para hospitales convertido de que estos le harán multimillonario, y por ende feliz. Will no se come un rosco vendiendo esos aparatos porque los hospitales no lo compran, él hace lo que puede y un día se da cuenta de lo felices que son los brokers americanos, verdadero motor de nuestro sistema económico y que nos han traído alguna que otra crisis de tanto en cuanto. El bueno de Will recuerda que en el cole se le daban muy bien las mates, y esos tíos tan felices son mu buenos en mates, fíjate que hasta son brokers. La mujer le mira sorprendido cuando el bueno de Will le cuenta su plan de hacerse un broker también para crear riqueza, y dice "y qué más, Astronauta?". Tened claro, amigos, que hace falta ser de una pasta muy superior para ser un broker financiero. Poco menos que Stephen Hawking.
2) Cuando el bueno de Will en medio de su trabajo decide presentarse a una entrevista para perseguir su sueño del éxito siendo Broker, nuestro más húmedo sueño, deja uno de sus invendibles aparatos en los que se hipotecó comprándolos en formato Makro con una artista urbana que toca la guitarra. Dice que a esa parte de su vida la llama "haciendo el idiota", y subraya "confié en una hippie". Apoteósico. Si llega a ser española la película podía haber dicho "perroflauta" sin problemas. La hippie representa a ese grupo de personas que malviven buscándose el pan (El grupo 2 de supervivientes en la jungla capitalista del prólogo), pero sin metas serias que permitan alcanzar la verdadera Felicidad, es decir, ser millonario y evadir impuestos. Como estos hippies no son multimillonarios porque no trabajan y valoran más holgazanear, uno no podría confiar nada en ellos. Como insospechable giro de guión, la hippie le roba el aparato y nuestro pobre Will tiene que perseguirla y quitarle el aparato a otro hippie-perroflauta que tiene como pareja. Por supuesto, como ser social indigno, tampoco pelea por el aparato, como haría un auténtico liberal.
3) Los aparatos y los robos dan aún más juego. Hay un señor tambien asociado al perroflautismo que directamente cree que el escáner es una máquina del tiempo. Ay, estos inadaptados sociales.
4) El bueno de Will hace sablazos a los taxistas porque tiene que cumplir su sueño, persiguiendo a socios de las corredurías de bolsa que están súper ocupados porque tienen que hacer ganar mucho dinero a todo el mundo, y además son súper inteligentes.
5) Will cuenta sus secretos para ascender: Dice que sin colgar el teléfono en todo el día, ni beber agua, ni miccionar, se puede ganar 8 valiosísimos minutos que le acercan a ser millonario, ya que está en una compañía excelente que le cogerá si es el mejor entre 20 aspirantes. La definición de mejor es, por supuesto, vender más. En ningún momento se expone el lado oscuro que suele conllevar la competición, en el sentido de trampas y jugarretas.
6) Pero el éxito no llega y al bueno de Will no le bastan los sablazos. Él hace todo lo que puede, sin renunciar nunca a lo que le pidan los socios de la empresa (Fundamentalmente le piden cafés, que les traiga cosas que se han dejado en su coche, etcétera), porque son demiurgos creadores de la Riqueza y por tanto de la Felicidad. Will acaba en la calle, durmiendo en el metro y acabando de trabajar muy pronto porque si no no puede irse con su hijo al albergue. Sucede la magia, porque saliendo mucho antes que sus compañeros, ¡consigue vender más!
7) El bueno de Will llega hasta a vender su sangre. Un poco más y nos vende el tráfico de órganos como lícito para alcanzar la felicidad (Los millones).