Quiere ser una comedia romántica, hay mucho de guerra de sexos, que nunca de sesos. También hay sexo oral, y es que chillan, gritan, utilizan palabras groseras y hacen chistes y sociología barata sobre hombres y mujeres como grupos enfrentados. Demasiado larga para lo poco que cuenta. Persigue un fin: que la mujer siga pensando que lo que tiene que hacer es esperar a que llegue su principe azul, que sin ti no soy nada y bla bla bla... ¿cómo que sin ti no soy nada? Detesto estos lavados de cerebro sin aclarado, sobra la brocha gorda.
Alguna cosa buena tiene: Se burla de la prensa rosa y/o sensacionalista, ejemplificada en el tabloide BILD, y de sus parásitos, hace una oda a la infancia (aunque me parece que esos niños estén muy talludidos para ir todavía al kindergarden), y las interpretaciones son correctísimas.
6 millones de alemanes la han visto en salas de cine y ha recaudado 4,2 millones de € en 2007, pero da igual que la película sea alemana, es un producto made in hollywood 100%, solo hay que escuchar la banda sonora, interpretada por diferentes grupos, aunque parezca que siempre suena la misma canción, y siempre en inglés. Y el número musical final, que es en alemán, resulta, tío, que es un rap.
Que los mal pensados no piensen mal sobre el conejo del título. Hace referencia a un muñeco que el protagonista fabrica con sus propias manos.