La verdad es que no me llevo bien con los musicales, no consigo entender el por qué los actores se tienen que poner a cantar, me parece que no aporta nada a la película y le resta ritmo y verosimilitud. La verdad, no me gusta nada.
Me atreví con esta película porque el tema me parecía atractivo y porque la firmaba el gran Tim Burton.
Y la sensación que me ha dejado es buena aunque no espectacular. Las canciones molestan menos de lo esperado y sobre todo, la ambientación me parece espectacular. En sí, el espectáculo visual merece la pena.
Pero la película en sí me parece flojilla: la historia es de una simpleza enorme, parece un corto alargado y el guion tampoco está a buena altura.
Los actores, un poco de todo, Johnny Deep, al contrario de la opinión general, no me ha gustado mucho, sí que rinden mejor los secundarios como Helena Boham-Carter, el siempre solvente Alan Rickman y un sorprendente e inspirado Sacha Baron-Cohen.
Merece la pena verla por lo curioso y espectacular de la propuesta, pero por poco más.