Discreta, muy discreta película de intriga, porque yo no diría que de terror, con el típico caso de asesino en serie de chicas, con escritor yankie investigando el tema. Vamos, que el tema nos suena un poco. Pero ese no es el problema de la película, hay películas estupendas con argumentos totalmente manidos, el problema es que el guión es de mercadillo, con momentos realmente sonrojantes, que escapan a la lógica de la narración (ver spoiler) y que lastran la credibilidad de la película.
La parte buena de la película es su factura técnica: la fotografía estupenda de Storaro y la música del gran Morricone. Interpretaciones correctas, con especial mención al policía (Enrico María Salerno, creo).