Sí, se parece a "El rayo verde" y a "Cuento de verano". Eso no es ni bueno ni malo. Es una constatación de que al señor Rohmer le gusta el tema amoroso, la juventud y las vacaciones ¿y a quién no? El mérito está en hacer casi lo mismo y, sin embargo, mantener el interés en el espectador.

La fotografía es impecable y esos detalles de rojo parecen una señal de que el deseo y la pasión están en todas partes: una chaqueta roja llevada descuidadamente en la mano, un lazo rojo, un cinturón rojo, un jersey rojo, ... . Creo que muy pocas escenas se salvan del toque rojo.

Aunque al principio sorprende que unos personajes tan frívolos se dediquen a tener conversaciones profundas, después estos diálogos de temas que parecen tan trillados como el amor, el deseo y el flirteo parecen naturales. Y la historia que se va desarrollando entre los tres hombres y las dos mujeres subrayan el carácter de las conversaciones. Pero nos damos cuenta de que lo más sobresaliente vuelve a ser la incoherencia de los personajes y lo voluble de sus acciones.

Cuando ambas primas dejan atrás su veraneo parece que sólo queda clara una cosa: para enamorarse hay que dejarse engañar un poquito. Porque la realidad nunca es tan maravillosa como nosotros nos la imaginamos. Por eso inventamos el cine.