Está bien, lo acepto. Reconozco que la película no es nada del otro mundo, es cierto, pero también se ha de quedar claro que una vez que la película arranca, una vez que empieza el show, lo hace para no parar. De acuerdo en que la trama es algo inconcebible aunque se base en algunas de las prácticas habituales del mundo rico, civilizado u occidental, pero, salvando ese escollo, el resto hará que se pase un rato bastante ameno. Bueno, ameno o no, porque la película te mete en un agobio que te atrapa y llega a que el desasosiego se haga casi insoportable. El film consigue que sea fácil identificarse con ese hombre corriente interpretado por Owen Wilson que lo único que quiere es poner a su familia a salvo en un momento tan delicado.
La trama es sencilla. Un hombre llega a un país oriental para trabajar en la reconstrucción con su empresa trasd un conflicto, pero se enciende la chispa de un golpe de estado, lo que le pillará en medio del fregado. Su hotel y la embajada serán asaltados y tendrá que hacer lo posible para huir con su familia.
Los actores están bastante bien porque Owen Wilson da el perfil de hombre corriente en circunstancias extraordinarias, Lake Bell no es una mujer florero, aunque tenga una belleza, digamos, sui generis y Pierce Brosnan sale poco pero cumple.
En definitiva, no es que sea una maravilla pero no está nada mal, echas un rato bastante agradable, te engancha y te agobia, incluso al final llega a emocionar. Una película sin muchas pretensiones que cumple, que no es poco.