Últimamente los escandinavos están que se salen. Los suecos con las novelas de Stieg Larsson y de Asa Larsson y la maravillosa “Déjame entrar” y ahora los noruegos nos llegan con este trepidante thriller. Se trata de una película muy pero que muy sorprendente que te tiene pegado al sillón a lo largo de todo su metraje y con unos giros argumentales verdaderamente impactantes. Al principio te sientas a ver la película y te esperas ver un argumento de robos perfectos llevados a cabo por tíos de lo más snob, una especie de “El secreto de Thomas Crown” a la noruega, pero de repente y sin previo aviso, se convierte en algo totalmente diferente e inesperado, lo que hace que te lleves una grata sorpresa con una acción trepidante que no da un momento de respiro.
Violenta, explícita y con diálogos bastante logrados, la película se desarrolla por un camino que parece que conocemos pero que, poco a poco, se nos descubre como intransitado con escenas de una potencia visual y de un derroche de adrenalina encomiables y dignas de agradecer porque son un soplo de aire fresco en un mundo dominado por los remakes y las relecturas. Influida, seguramente, por el cine de Tarantino a la hora de retratar la violencia quizás se regodee menos en el dolor y en la sangre aunque tiene algunas escenas que son impactantes de puro inesperadas. Una película entretenidísima, cruda, violenta y sorprendente; fresca y bien interpretada (el protagonista tiene uno de los rostros más expresivos que yo haya visto y se parece un huevo a Christopher Walken de joven).
No es que sea la caña de España, pero es fresca, atrevida y muy divertida. Muy recomendable.