Tengo que reconocer que cuando leo algunas críticas negativas referidas a las películas de Mel Gibson me da la risa floja, sobre todo por los argumentos que se esgrimen en su contra que son un poco graciosos. En primer lugar siempre se le acusa de ser muy violento. Y eso lo dicen los que luego le aplauden todas las gracias a Tarantino y hablan de lo buenas que son sus pelis (que lo son) y no hacen referencia a la violencia gratuita que inunda su obra. También se le acusa, a este film concretamente, de ser racista. ¿Acaso no lo era "Centauros del desierto" y no por ello deja de ser una de las mejores películas que se han hecho?. Y por último, se le acusa a Mel Gibson de ser muy conservador. ¿Acaso no es conservador Clint Eastwood? ¿Acaso no lo era John Ford?. Son críticas que se derivan del pensamiento del director y yo no lo juzgaré por su ideología, sino por su obra. Y pese a quien pese hay que reconocer que Gibson es, después de Clint Eastwood, el mejor director que proviene de la actuación. Eso es un hecho. La película es una aventura embriagadora, con una velocidad endiablada y con una potencia visual fuera de toda duda, con una narración poderosa, tanto, que no necesita de diálogos casi para desarrollar la acción. y eso no está al alcance de cualquiera. Narrar valiéndose casi exclusivamente de imágenes es un arte perdido y Mel Gibson lo ha recuperado.

En fin, se trata de una película de aventuras, emocionante, endiabladamente absorvente, con una fotografía espectacular, en la que Gibson (a quien particularmente no soporto cuando actúa) desarrolla todo lo que apuntaba en sus anteriores films. La potencia visual de "La pasión de Cristo" y la apasionada épica de "Braveheart". Película que recomiendo sin dudar, porque, aunque quizás un 9 resulte excesivo, me lo pasé de muerte en las más de dos horas que dura, porque una vez que empieza la persecución, la película te deja sin aliento.