Bueno, a ver cómo empiezo yo a hablar de esta película sin caer en demasiados improperios que me puedan hacer ganar los calificativos de machista, retrógrado, patriarcal y demás lindezas que ahora son dedicadas a uno simplemente que no le ha gustado una película producida e interpretada por mujeres, en su mayoría.

Pues lo diré de la forma más directa que pueda, porque de poco va a servir hacerlo de otra forma: es muy aburrida. Ya estoy un poco harto de eso de excusarse en cualquier cosa para argumentar que una películas sea mala: que si es porque está hecha por mujeres, que si es que está hecha por directores de otra raza, que si se mete con esto, que si se mete con lo otro… no hombre, no; no escurramos más el bulto y vamos a coger el toro por los cuernos. Si una peli es aburrida, lo es y ya está, ya la protagonice un actor o una actriz, ya la haga una mujer o un hombre. Y este es el principal problema de esta película, que es muy aburrida, que no sientes empatía por casi ninguno de los personajes, que tiene una falta de ritmo preocupante y que las escenas de lucha están rodadas de forma bastante negligente, por ser benignos. Y es raro porque Simon Kingberg rodó bastante bien las escenas de acción de “Fénix Oscura” (la infravalorada última película sobre los X-Men); además, la trama está ya más que vista (esa agente que se ve perseguida por la agencia para la que trabaja y tiene que descubrir un complot…) y bastante mejor contada.

En definitiva, que los personajes al final te importan un pimiento, que las coreografías se notan bastante, que la trama se ha visto mil millones de ves, que el ritmo de la película es muy irregular y el aburrimiento empieza a asomar hasta anidar en la mente del espectador… Una pena porque pudo haber empezado una saga con algo que decir, por desgracia no ha sido así. Y más rabia da con ese repartazo que tiene.