Llegué hasta esta serie por recomendaciones de allegados que la pintaban como exquisita, graciosa y emocionalmente demoledora. Que la querría ver del tirón...

Bueno, la tuve que ver en varios días porque se me hacía larga y eso que son solo 5 capítulos de 45 minutos.

La serie se centra en los 80s-90s y nos cuenta la historia de un adolescente homosexual que va a iniciar la Universidad en Londres.

Al llegar a Londres, se nos habla de otros 4 personajes, los cuales quedan muy en segundo plano, exceptuando Jill, el único personaje femenino y en mi opinión, también el único que merece la pena. El desarrollo del personaje principal es pobre, el de los secundarios prácticamente nulo y el de Jill, normal, aunque resulta algo artifical en ocasiones.

La historia se centra en la aparición del VIH y su evolución. Evidentemente, no se tenía conocimiento sobre la infección y dado que la incidencia de casos se extendía principalmente en hombres homosexuales (pues no utilizan protección y mantienen relaciones sexuales muy diversas en lo que al número de amantes se refiere), se llegó a pensar que era una enfermedad exclusiva para los hombres con tendencia homosexual. Nada nuevo.

La serie nos muestra los síntomas que sufren los infectados por VIH. Nos muestra como la sociedad lo ve como la enfermedad anti-sodomía homosexual, un castigo divino por sus pecados. También como los hospitales actuaban cuando no tenían ningún conocimiento al respecto.

En su realización la serie sobresale y logra el propósito, el mensaje se recibe con claridad y nos deja algo para reflexionar.

Entonces, ¿Cuáles son realmente los problemas?:

-Se vende como comedia trágica y la comedia es inexistente. No porque no la introduzcan, sino porque los puntos cómicos no tienen gracia y además son reincidentes, intentando dar la sensación de algo entrañable, pero quedando como un gag cómico descafeinado y repetitivo.

-El drama es lógico teniendo en cuenta la temática, pero entre lo previsible y lo poco desarrollado de los personajes, no logra llegar a emocionar. La historia más emocional es la de uno de los personajes principales (desde luego no la del protagonista, que más aburrida no puede ser).


Cabe destacar que algunas escenas en lo referente a la actuación y guión (sobretodo una de los padres del protagonista) son perfectas.


En resumidas cuentas, hace un trabajo bueno en la realización técnica de la serie y en el propósito de tomar conciencia. Sin embargo, en lo importante, los personajes y su trama, la serie se siente pretenciosa y poco interesante. De los 5 personajes, 3 son iguales. 1 es exageradamente opuesto y luego la chica, Jill. La cual ya definí anteriormente.

Si no sabes qué hacer un sábado tarde y te apetece estar tranquilo o tranquila sin hacer gran cosa. Es una serie decente para ver.

Si buscas una historia entrañable, con buenos personajes que te hagan reír y llorar... Esta no es esa serie.