El estudio de stop-motion Laika nos trae uno de los títulos más brillantes de animación de los últimos años, tratándose de una cinta poco infantil en los temas que asoman en su superficie y creando un homenaje plástico a los estudios Hammer y al primer Tim Burton en algunos momentos.

Cuando hablo de su alcance adulto no quiere decir que los niños actuales no vayan a disfrutar de ésta aventura pero no de la manera que lo harían con cualquier cinta de Pixar, aunque encontramos una amalgama de momentos cómicos, la película nos habla de la etapa oscura de la niñez y de la aceptación de nuestra identidad, además de temas como la muerte y el recuerdo de las personas que ya no están entre nosotros.

Una joya manual aderezada con un fantástico 3-D que gustará a todos; pero que dejará más poso en los adultos que acompañen a sus hijos. Una perla de la animación que merece el máximo respeto.