Parece haberse realizado todo lo posible en el cine sobre mafia, dejándonos bastantes obras maestras impedecederas. Un país como Italia no podía ser menos ante la relación que hay de mafia y retrato social en el país. Calabria, o el título original aún más mítico y acertado "Anime nere", nos deja un thriller sobre una familia de mafiosos que se acerca más a los cánones de la tragedia que al del thriller que estamos habituados a ver.

Munzi crea una desapacible y sólida película llena de fuerza en sus carismáticos personajes y en la tremenda atmósfera que logra crear en todo el conjunto. Un filme que va capturando al espectador cuanto más avanza el metraje, cuanto más nos conmueven y se humanizan estos criminales, centrándose en tres hermanos de los cuáles el mayor se ha desmarcado de los negocios familiares habitando en una casa-granja y viviendo en una momentánea harmonía.

Su paz acabará cuando su hijo se vea atraído por el trabajo de sus hermanos ayudándoles y siendo cómplice en actos que nos llevarán a un magnético tercer acto simplemente magistral.

Munzi crea en esta película una moderna tragedia clásica más que una cinta de familias mafiosas, con una sólida atmósfera y narración y sin necesidad de virtuosismos como otros compatriotas filmes como la famosa Gomorra (2008). Una de las verdaderas joyas de lo que llevamos de año.