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Voto de Juanticristo:
5
Comedia. Romance Rafa (Dani Rovira) es un joven señorito andaluz que no ha tenido que salir jamás de su Sevilla natal para conseguir lo único que le importa en la vida: el fino, la gomina, el Betis y las mujeres. Todo cambia cuando conoce una mujer que se resiste a sus encantos: es Amaia (Clara Lago), una chica vasca. Decidido a conquistarla, se traslada a un pueblo de las Vascongadas, donde se hace pasar por vasco para vencer su resistencia. Adopta el ... [+]
17 de junio de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he sido un firme detractor de esa premisa que dice que el éxito comercial y el éxito artístico acostumbran a ir desemparejados. Sin embargo, la comedia es un género con el que a menudo tengo que tragarme mis palabras, pues cualquier director avispado sabe ya que el humor que funciona en taquilla es el que funciona en el espectador poco exigente.

La película es una sucesión de tópicos y chistes facilones. No es que tenga nada en contra de los tópicos como forma de humor, pero es que aquí son el motor de cada conversación, y no me gusta la visión que ofrecen. La película da a entender que el País Vasco es un lugar frío y hostil en el que todos sus habitantes son personas frías y hostiles. Por el contrario, Andalucía es algo así como un paraíso terrenal donde las personas son felices, se dan abrazos y tienen emociones. No pasaría nada si estos tópicos fueran presentados como simples tópicos, dando a entender que son una exageración. Pero es que el final de la película parece confirmar esa visión de "País Vasco malo, Andalucía bueno" que, personalmente, me pareció lamentable.

Exceptuando al personaje de Karra Elejalde (el único que me creí), nada destacable en el resto del reparto. Tampoco esto es un problema, pues la calidad de las actuaciones está en la misma línea que la película, de forma que no crea demasiado contraste. Quizá un buen guión podría haberles echado una mano, pero el de «Ocho apellidos vascos» se nutre únicamente del tópico y el conformismo del espectador. Entre las múltiples meteduras de pata del guión podría mencionar al personaje femenino principal, al cual detestas desde que abre la boca por primera vez, o el manido recurso de solucionar los conflictos con forzadas escenitas de cama. Cabe destacar también la psicología de personajes como el de Dani Rovira, que se enamora "hasta las trancas" de una persona que conoce de una noche, o el de Carmen Machi, que acoge en su casa a un tío que se cuela por la ventana porque le debió parecer majo en el autobús. En resumen, personajes poco creíbles y mal escritos.

A pesar de todo, la película no se me hizo pesada. Incluso me reí en algún momento, aunque no de lo que se suponía que debía reírme. También agradecí la ausencia de tetas, no porque no me gusten, sino porque ya son una característica definitoria del cine español. Es genial que haya directores transgresores capaces de cuestionar esta especie de norma no escrita, ¡bien por la innovación!

En definitiva, considero que está bien para desconectar y pasar un buen rato sin demasiada implicación neuronal, de ahí su éxito arrollador. No trascenderá artísticamente, pero sí lo hará como la película más taquillera en la historia de nuestro cine, que bueno, ya es algo.
Juanticristo
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