Película llena de vida, sincera, austera, intimista, sentida, notablemente interpretada (maravillosa Antonella Costa, impagable trabajo de Federico Luppi), con una historia atractiva, estupendamente contada, muy verosímil.

Escribió Alberto Bermejo en El Mundo a propósito de esta cinta: "Luppi, uno de los grandes actores vivos de cualquier lengua y nacionalidad, al frente de este espectáculo emocionante". Tal vez esta verdad como la copa de un pino, sería motivo suficiente como para recomendar esta obra, pero hay más. Créanme que hay más.

Memorable.