Prácticamente por unanimidad los críticos se han cebado con esta serie. No entienden qué pinta en el panorama televisivo actual, al que dicen nada tiene que aportar. El público, en cambio, le ha dado un entusiasmado respaldo inmediato.

¡Qué profesión tan triste la de crítico! ¡y qué miope! En un panorama de series plagado de thrillers dramáticos, al que lamentablemente, se ha apuntado la nueva versión trek, Discovery, no puede más que recibirse como agua de mayo una serie en la que desde el primer momento todos los personajes pretenden caer simpáticos y (casi todos) lo consiguen.

Salvo algún que otro episodio aburrido (de los que no se libran ni las mejores representaciones de la familia trekky), la mayoría se disfrutan con una sonrisa en los labios. Una serie enormemente disfrutable que en su falta de pretensiones guarda su mejor baza. Larga vida y Prosperidad para The Orville.