El ser humano desde sus inicios se ha propuesto siempre metas inalcanzables: crear fuego, desplazarse más y más rápido, volar, viajar por el espacio...y desafiar a la naturaleza. Una montaña en sí misma parece no tener alicientes para que una persona quiera llegar a su cima. Más si el objetivo no es conseguir dinero, poseer minerales que ésta tenga...Simplemente subirla por lo que representa ese desafío, y cuanto más difícil, más atrae ese desafío. Intento ponerme en la piel de esos alpinistas aventureros y creo entenderles. Viendo esas impresionantes vistas antes de llegar a la cima, debes pensar que estás desafiando a todo un Dios. Y que crees que estás en condiciones de derrotarle. Observas a tu alrededor, pudiendo ver kilómetros y kilómetros de distancia, observando algunas de las montañas más altas del mundo y seguro que tienes la sensación de estar en el Olimpo gritando a los dioses ¡Yo puedo con vosotros!! Pero con los Dioses nunca se sabe. En cualquier momento pueden enfurecerse y demostrarte que no eres más que un simple mortal. Pero mientras haya montañas, habrá dioses. Y mientras haya dioses, habrá desafíos.

Impresionante cinta sobre la supervivencia contra la naturaleza. Y no solo por las grandes escenas de escalada y tal (que son pocas), sino sobretodo por la buena carga dramática que tiene (no podía faltar en ésta historia), y los más bellos y majestuosos parajes del Himalaya que uno pueda imaginar. Realmente, viendo esas imágenes, uno cree estar disfrutando de tan bello paraíso.