Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Edgar Corleone:
6
Thriller. Drama Desesperado por salvar a su mujer, Willard Russell convierte sus oraciones en un sacrificio. Las acciones de Russel llevan a su hijo Arvin a pasar de ser un niño que sufre abusos en el instituto a convertirse en un hombre que sabe cuándo y cómo ha de pasar a la acción. Los acontecimientos que se dan lugar en Knockemstiff (Ohio) desatan una tormenta de fe, violencia y redención que se desarrolla a lo largo de dos décadas.
21 de septiembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que escribió Donald Ray Pollock, lo escribió para su propio disfrute. La serie de relatos que se editó bajo el título de "Knockemstiff" narraba trozos de vidas que discurrían bajo el yugo de la crueldad y un humor más negro que el carbón. Y funcionaba a las mil maravillas gracias a un estilo seco, duro, directo y sucio, tan sucio que apestaba.

Tras el éxito, para su primera novela, pensando en el público, trató de narrar otros tantos trozos de vidas sin sentido de personajes que asumen lo que les ha tocado vivir porque no conocen otra cosa. Habitantes de un mundo donde los hombres de quince años aparentan treinta y las chicas se entregan al señor a través de cualquier predicador que las convenza de quitarse la ropa.

"Knockemstiff" es excelente; "El diablo a todas horas" no pasa del notable, pero, como novela con final digerible, era más adaptable al cine que la sobresaliente recopilación. Lo que funciona menos bien en la novela, lo hace peor en la película, lastrada por un montaje desequilibrado -las historias paralelas a la de Arvin, difíciles de compaginar con la principal, parecen encajadas al tuntún- y a veces confuso: flashbacks donde no hacen falta, saltos en el tiempo que tampoco vienen a cuento y, sospecho, exceso de tijera.

Gran parte del atractivo del material de base en su formato original es la propia narración de Pollock, su elección de palabras y la insensibilidad que a veces sorprende al mismo lector riéndose del acto más cruel que se ha cruzado en un libro. El uso del lenguaje escrito se sustituye en la película por una voz en off que, como en la mayoría de ocasiones, sólo suple lo que no se consigue con imágenes. Otro punto en contra.

Y ahora vienen los aciertos. La sorprendente intervención de un desatado Robert Pattinson y un trabajo de Tom Holland que se recordará en el futuro, mantienen por encima de la corrección gran parte del metraje.

Si a ello se le añaden un interesante puñado de secundarios -aquellos que luchan contra el diablo a todas horas desde que nacen- cuyos rostros denotan resignación desde la cuna, y algunas escenas cuya sutil y naturalizada violencia sacuden al espectador cuando toca, el resultado bien merece una oportunidad: como en cualquier historia familiar, hay dolor, después entendimiento y, al final, la asunción que nos permite seguir adelante.
Edgar Corleone
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow