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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
8
Drama Fred Ballinger (Michael Caine), un gran director de orquesta, pasa unas vacaciones en un hotel de los Alpes con su hija Lena y su amigo Mick, un director de cine al que le cuesta acabar su última película. Fred hace tiempo que ha renunciado a su carrera musical, pero hay alguien que quiere que vuelva a trabajar; desde Londres llega un emisario de la reina Isabel, que debe convencerlo para dirigir un concierto en el Palacio de ... [+]
23 de enero de 2016
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca me hago una idea preconcebida de lo que voy a ver, al menos de manera consciente. Pero desde su inicio, de nuevo, Sorrentino me envolvió. Lo que más me gusta de él como autor es que es un creador. Tiene un dominio audiovisual de primera, además de un gusto exquisito. Y esto es evidente a lo largo de toda la película, película que por cierto no posee el cinismo envenenado y verbalizado por Toni Servillo, ni es tan calibrada como “La gran belleza”, pero sí tiene un notable nivel y una poderosa baza tanto en su fotografía, que de nuevo corre a cargo de Luca Bigazzi, como en la música de David Lang (donde también se incluyen temas de todo tipo). No es mera estética, es que se nota que está muy bien ideada, no es ni casual ni por antojo, sucede lo que es “normal” cuando hay un artista que sabe utilizar los elementos que se le ofrecen.
Las influencias “fellinianas” están más presentes que nunca, sobre todo en el propio guión, que bebe de “Fellini, 8 y ½” y donde Sorrentino, sin abandonar su personalidad y en comparación con “La gran belleza”, multiplica la variedad de temas interesantes que va planteando. Por ello era difícil que pudiera dar respuesta a todas las cuestiones ofrecidas, en el caso de que el espectador espere que se lo den todo triturado, pero al menos el hilo principal nunca se pierde y muchas de ellas las resuelve mediante las sensaciones que evoca, todo en un film donde es la música la que abre y cierra la película, creando un perfecto engarzado.
También, en cuanto a interpretación se refiere, están todos fabulosos, y eso se agradece sobre todo en un film que es casi coral. Destacar sobre todo a Paul Dano, un excelente actor aún que parece al que no terminan de valorar, Rachel Weisz, cada día mejor actriz y más guapa, porque da igual que incluso esté con un sofocón inmenso moqueando como una cerda, es que da guapísima en cámara y cada vez es más transparente en su trabajo interno. Jane Fonda, con su breve intervención, demuestra que es una actriz como la copa de un pino, cosa que casi habíamos olvidado. Y por supuesto lo coronan sus protagonistas: Harvey Keitel, más comedido de lo habitual pero tan efectivo como siempre, y un Michael Caine en estado de gracia, que tras varios films donde estaba pasadísimo, consigue uno de sus mejores trabajos en mucho tiempo, como Jane Fonda, quizás porque además de tener un gran papel ha tenido, como el resto del reparto, a un notable director de actores.
Pero “La juventud” es un film, que aunque haya contado con promoción, en realidad se trata de un cine no tan mayoritario. No es porque tenga ínfulas, es porque es un film maduro, donde se dicen muchas verdades al tocar temas como la muerte, la pérdida de creatividad o de salud, la incapacidad de amar a los seres queridos o la verdadera amistad. Al principio del comentario decíamos que “La juventud” no tenía cinismo envenenado, pero lo posee aunque su cinismo en este caso sea amargo. Por eso quizás ha pasado casi desapercibida en los Globos de oro o en los Oscars, aunque afortunadamente no haya sido así en los Premios Europeos de cine, y por eso han podido contar con mayor promoción. Puede que, por ese afán de tanto vender, han caído en el defecto de hacer un cartel promocional que poca justicia le hace, creo que es lo peor, y puede inducir a error entre los espectadores más despistados.
Maggie Smee
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